domingo, octubre 31, 2010

!Rubalcabaaaa!

Informaba ayer el diario El País que Francia y Alemania promueven en el seno de la Unión Europea que la banca contribuya al fondo que se constituirá para hacer frente a nuevas situaciones de crisis. Mientras Angela Merkel defendía que los costes de la crisis no deben caer exclusivamente sobre las espaldas de los ciudadanos nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se alineaba, junto al presidente del Banco Central Europeo, con quienes piden extremar la precaución a la hora de involucrar al sector privado en el mecanismo de rescate.

Y uno se pregunta: ¿Acaso pensará ZP que las masas que le gritaban aquel "!No nos falles!" habían sido en realidad contratadas por Emilio Botín y el presidente del BBVA?

!Rubalcabaaaa! !Dínos algo! !Explícanos, por favor!

viernes, octubre 29, 2010

My generation

Nos legaron
aquello por lo que tanto habían suspirado
Libertad, le decían
Pero por más que se buscó
en ningún lado apareció
el manual de instrucciones

lunes, octubre 25, 2010

Presupuestos

Agrias disputas se suscitaron entre los partidarios de cuadrar y los defensores de redondear los presupuestos.




miércoles, octubre 20, 2010

Hacia y desde

En uno de sus mejores relatos -The Off-shore Pirate-, Francis Scott Fitzgerald ponía en boca de uno de sus personajes la siguiente afirmación:

"Toda vida es una progresión hacia, y a continuación una regresión desde, una frase: -Te quiero-."

¿En qué fase estás tú?


martes, octubre 19, 2010

Movilización

Dicen que son centenares de miles los franceses que estos días salen a las calles.

Y un español, perplejo, se pregunta: ¿Qué demonios puede provocar semejante movilización popular si no es homenajear a su selección de fútbol?


sábado, octubre 16, 2010

Paradoja

¿Acaso hay mayor paradoja hoy día que ser consecuente?

jueves, octubre 14, 2010

Marcus Doo & The Secret Family

Ayer, en el programa de Santiago Alcanda en Radio 3 escuché está joyita. Un pequeño acontecimiento el de sentirte poseído por una melodía la primera vez que la escuchas. Se llaman Marcus Doo & The Secret Family y viven en Madrid aunque sus procedencias son variadas: Escocia, EEUU, Francia, España. He incluído la versión acústica (a dúo) de su canción 1919. Siento que tiene nervio y suena sincera. Ojalá lo consigan, el abrirse camino



No os perdáis la cara de volados que ambos ponen al finalizar la canción y advertir que la cámara aún sigue grabando.

lunes, octubre 11, 2010

zzzsssMariozzzssssVargaszzzzssssLlosazzzsss



No sé vosotros pero yo he sentido un poco de verguenza ajena estos días escuchando a tanto tertuliano valorando la figura de Mario Vargas Llosa cuando a la gran mayoría se le notaba a la legua que no había leído su obra. Es lo que tiene el analizar la realidad, que de vez en cuando se te cuela la ficción. Eso sí, nos invitaban a acceder a sus lugares comunes sin el menor rubor. Debe ser por la capa de maquillaje que les aplican antes de pisar el plató, o a los de la radio porque no se les ve.


A nadie se le escapa la dimensión pública que tiene la figura del escritor peruano pero cuando se desconoce lo esencial de su persona, su obra, pues casi es mejor quedarse callado. Yo sólo he leído Los jefes y los cachorros, aunque curiosamente en dos ocasiones separadas por muchos años. Sí suelo leer sus artículos periodísticos en El País, y aquí veo luces y sombras. Por ejemplo, hace bien poco Don Mario era un ferviente creyente en la auto-regulación de los mercados y prevenía ante cualquier tipo de intervención por parte de los estados. !Glups! Eso sí, formalmente el artículo resultaba impecable.


Recuerdo otro en el que glosaba, con motivo de su fallecimiento, la figura de un viejo amigo -pasajero, imagino- por el que había sentido una enorme admiración. Se trataba de un hombre singular que vivía de acuerdo a sus principios. Uno de esos tipos consecuentes hasta la médula aunque ello les perjudique. La admiración de Vargas Llosa se había vuelto difusa con el paso del tiempo, como si su presencia o su recuerdo se hubiera ido haciendo incómodo a medida que él iba moldeando -como hacemos prácticamente todos- los suyos. Los puntos sobre las íes lo ponía la carta al director de un familiar del personaje en cuestión.


Vamos, que Don Mario es humano, un ser de carne y hueso. No conviene olvidarlo ahora cuando su figura simula un cohete que atraviesa la ionosfera.


Y sí, ya sé, debe ser que me gusta un poco el papel de mosca cojonera. Al menos, espero zumbar muy pronto con La ciudad y los perros -¿Conversación en la catedral?, ya he tenido antes alguna tentación así que quién sabe- entre las manos.


jueves, octubre 07, 2010

Bad news

Joder, otro año que pasa sin que me den el puto Nobel. No sé, dicen que se lo han dao a un escritor boliviano, creo. Será por eso de cumplir con las cuotas geográficas. Pero lo peor no es eso. A ver quién aguanta mañana al matasanos. Porque si había un año que estaba convencido era este. Era ahora o nunca. Jo, y ya veréis mañana cuando el otro empiece con la chorrada esa de los delirios de grandeza. Disfruta burlándose de mí, poniéndome en ridículo, aunque hace para que no se le note Y la putada es que igual hasta dentro de diez años o más ya no se lo dan otra vez a un escritor de lengua española. Estoy jodido. Aunque…, a lo mejor si voy y me paso al inglés puede que tenga todavía una oportunidad. Anda, a lo mejor no todo está perdido. Eso sí, voy a tener que organizarme un poco…

domingo, octubre 03, 2010

AMÉRICA, AMÉRICA


Relegado por miembros más rutilantes de su generación –Palahniuk, Foster Wallace o los Jonathan: Lethem y Franzen-, la obra de Ethan Canin se mueve en parámetros más convencionales que los de sus colegas lo que quizás contribuya a explicar su relativo anonimato, al menos en nuestro país.

Del escritor californiano llama la atención su fascinación por los ambientes privilegiados de la costa este de los Estados Unidos contemplados a través de la mirada del narrador en calidad de testigo admirado –un enfoque ya empleado con éxito en su primera novela: De reyes y planetas- e involucrado, en el caso que nos ocupa, tras aceptar la tutela de una rica y poderosa familia de origen escocés que en un par de generaciones se ha labrado una enorme fortuna en la tierra de las oportunidades y se ha propuesto trasladar su poderío económico al ámbito político.

America America es una novela de contrastes -la cultura proletaria frente a los privilegios de la riqueza, los nobles ideales encarnados en la figura del senador con aspiraciones presidenciales al que la poderosa familia presta todo su apoyo en contraposición a sus miserias personales- y de paradojas: no importa lo nobles y justos que puedan llegar a ser los ideales públicos que se persiguen entran en conflicto con las debilidades más íntimas, ejemplificadas en la novela en la figura del senador Henry Bonwiller.

La ambición, la proyección del poder siempre hacia cotas más altas, los actos de explotación y de miseria moral sobre los que se asentaron las grandes fortunas de la costa este, serían otros de los temas que aborda la novela. El ascenso y caída de una joven y pujante dinastía americana encuentra su contrapunto no sólo en la humilde pero honesta familia del protagonista sino en los ideales de renuncia y de pureza extrema que caracterizan a la de la joven becaria que trabaja para el periódico que, años después, él acabará dirigiendo. Dicha familia reniega de cualquier trato de favor, por pequeño que sea, en comparación a la del protagonista que al aceptar en su día la tutela de los Metarey para su hijo quedaría de algún modo contaminada.

Es America, America una novela de concepción ambiciosa que se desenvuelve en distintos planos temporales y que bucea en variados ambientes de clase, por la que sobrevuelan ecos de las más influyentes dinastías americanas así como también Scott Fitzgerald y su Gran Gatsby: la imposibilidad del idealismo como ambición coincidiendo con el fin de una época, aquella en la que aún se creía posible la defensa de los intereses de la clase trabajadora desde la cúspide del poder político con el trasfondo de la guerra del Vietnam, a las puertas ya de la revolución conservadora que se materializaría a partir de los años ochenta. Pero la novela de Canin no acaba de transmitir la carga emocional que se le presupone, como si la amplitud del fresco, la propia ambición de la obra lo dificultaran o las flaquezas que exhiben sus personajes lastraran la capacidad de identificarse con ellos. Una novela de contrastes tan compleja, tan consciente de sus precedentes, requiere un manejo de los equilibrios casi milagroso a fin de ahuyentar el riesgo de caer en el estereotipo.