viernes, noviembre 05, 2010

Gertrude of Stony Island Avenue


No conocía la obra de James Purdy pero algo que leí acerca de él debió llamarme la atención porque tenía su nombre anotado en la relación de escritores a investigar. Eso fue hasta que hace unos pocos días un libro suyo cayó en mis manos: Gertrude of Stony Island Avenue. Una historia que gira en torno a un proceso de búsqueda y de redescubrimiento de uno mismo, al que se llega a través del conocimiento del otro.

Carrie, una mujer madura casada desde hace muchos años con un hombre de personalidad dominante, sufre el dolor por la muerte de su hija, a la que siente que no supo amar como se merecía. A fin de llenar el vacío, se embarca en un proceso de búsqueda, de conocimiento de su propia hija a través de las personas que le fueron más próximas. A medida que va accediendo a la realidad, a la auténtica naturaleza de su hija, el miedo se hace más y más presente hasta culminar en un profundo shock que marca el acceso a un nuevo plano de conciencia. El descubrimiento, aunque tardío, de la verdadera naturaleza de su hija desemboca en un redescubrimiento personal.

El planteamiento de la novela puede remitir al enfoque que Herman Hesse dio a alguna de sus obras, sin bien en el caso del escritor alemán orientadas hacia la sensibilidad de personas más jóvenes, o incluso a Murakami si bien lo que en Purdy es un fenómeno tácito en el caso del escritor japonés resulta más bien insinuado. Porque, en el fondo, Gertrude of Stony Island Avenue es una novela de formación, de aprendizaje. Su protagonista transita desde la negación, desde la cerrazón, hacia la apertura a la vida.

Se puede achacar a la novela un cierto esquematismo formal, tanto en lo que concierne a la trama como a los personajes, los cuales resultan un poco idealizados en su simplicidad. Todo en ella está al servicio del proceso experimentado por su protagonista y Purdy no se preocupa demasiado en camuflarlo, o en disimularlo con rodeos o subtramas. En este aspecto quizás sea necesaria una cierta complicidad por parte del lector. Eso sí, quien se la concede se ve arrastrado por una historia de la que, sin duda, le gustaría ser partícipe. ¿Quién no se ha sentido en alguna ocasión un poco encorsetado en su plano de entendimiento, de conocimiento respecto de la realidad y de los demás?

Indagando en internet descubro que a James Purdy, se le atribuyó la vitola –uno más- de escritor maldito. Norteamericano de nacimiento y fallecido en 2009 con casi noventa años de edad, su obra resulta mucho más popular en Gran Bretaña que en su propio país. Se habla también de un escritor de temática gay, cuya obra de referencia sería “Malcolm”. Y, claro, una vez lo piensas, caes en la cuenta de que el proceso de liberación experimentado por Carrie, la protagonista de Getrude of Stony Island Avenue, no difiere demasiado en cuanto al concepto de lo que debe significar una salida del armario. Por desgracia, la novela no está traducida ni publicada en nuestro país, por lo que, de momento, me temo, no tendrá siquiera la oportunidad de guardar las apariencias.

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