sábado, marzo 09, 2013

No, de Pablo Larraín

No, la película chilena dirigida por Pablo Larraín, evoca el contexto en el que se celebró el referéndum conovado por el gobierno del general Augusto Pinochet a fin de legitimar su régimen ante las presiones internacionales y que a la postre desembocaría en su renuncia tras perderlo. La pugna es presentada a través de las estrategias publicitarias desarrolladas por los partidarios de ambas opciones, cuyos máximos responsables en el día a día trabajan para la misma agencia promocionando artículos de consumo.

La película ofrece un sin fin de contradicciones, de paradojas, que a la postre contribuyen a desmitificar la dimensión, la hondura del cambio político, como un acto simbólico, con una fuerte carga emocional, que sin embargo no tiene una traducción equivalente en la realidad, en los hechos. La máxima lampedusiana de El gatopardo -cambian las formas pero se mantiene la esencia- sobrevuela durante toda la película mientras el triunfo de la causa justa se sustenta en la banalización del mensaje. La gran triunfadora del plebiscito quizás no fuera tanto la democracia como la potencia comunicadora del marketing.

Llama la atención la textura feísta que muestra la película, que facilita la proximidad del mensaje y hace explícita su intención. Cabe destacar también la sólida actuación de Gael García Bernal, sobre quien pivota toda la historia. Una película, en definitiva, ambiciosa, compleja, con fuerte carga dramática y, ante todo, coherente con su mensaje por el efectivo uso de las armas que emplea.

  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anotada queda para verla. No sé por qué me ha venido a la mente Garzón.
saludos