Un futuro anacrónico, por tanto, es lo que nos sugiere. En efecto, no cabe descartarlo. Es lo que tiene la Historia cuando se acelera, que en unos pocos años puedes retroceder de siglo. Saludos
Con el debido respeto, no creo que el anacronismo en sí sea el problema, sino quienes se valen de él como imaginario o estrategia para aunar fidelidades alrededor de ellos que contribuyan a mantener sus privilegios. Vamos, que el anacronismo es el dedo. La luna, los de siempre. Un cordial (y contemporáneo) saludo.
Por cierto, al leer su comentario no pude evitar acordarme de Rafael Sánchez Ferlosio y del primer y brillante pecio suyo que incluí en la siguiente entrada, ése precisamente titulado "España": https://queraroestodo.blogspot.com.es/search?q=ferlosio
Pudiera ser que llegue el día no muy lejano en que el todo sea anacrónico y no exista el presente. La distopia se ha puesto de moda. Saludos .
ResponderEliminarUn futuro anacrónico, por tanto, es lo que nos sugiere. En efecto, no cabe descartarlo. Es lo que tiene la Historia cuando se acelera, que en unos pocos años puedes retroceder de siglo.
ResponderEliminarSaludos
Con el debido respeto, no creo que el anacronismo en sí sea el problema, sino quienes se valen de él como imaginario o estrategia para aunar fidelidades alrededor de ellos que contribuyan a mantener sus privilegios. Vamos, que el anacronismo es el dedo. La luna, los de siempre. Un cordial (y contemporáneo) saludo.
ResponderEliminarNo desespere, Nadie: !les desenmascaremos!
ResponderEliminarPor cierto, al leer su comentario no pude evitar acordarme de Rafael Sánchez Ferlosio y del primer y brillante pecio suyo que incluí en la siguiente entrada, ése precisamente titulado "España": https://queraroestodo.blogspot.com.es/search?q=ferlosio
Un saludo cordial