En efecto, tuvimos la oportunidad de pasar un rato en el jardín del edén, no había estado en él desde mi más tierna juventud. Fue refrescante y entrañable. Seguro que pronto le sentiremos, quizás a través de algún impoema, disfrutando de alguno de esos rincones de la Catalunya profunda que tan bien conoce. Un saludo cordial.
Una imagen de edénico (y seguro que merecido) retiro que vale más que mil palabras. Que lo disfrute a fondo. ¡Sana envidia, Gatopando!
ResponderEliminarEn efecto, tuvimos la oportunidad de pasar un rato en el jardín del edén, no había estado en él desde mi más tierna juventud. Fue refrescante y entrañable. Seguro que pronto le sentiremos, quizás a través de algún impoema, disfrutando de alguno de esos rincones de la Catalunya profunda que tan bien conoce. Un saludo cordial.
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