No sé muy bien a que vendría el sueño. Por mi parte prefiero el aura que dejan esos grupos que marcaron una época, se separaron y ya no se volvieron a juntar.
Ya digo, fue solo un sueño. Al menos la salida de prisión de David Reboredo, el toxicómano gallego rehabilitado sentenciado a siete años por traficar con una pepelina de heroina, se hizo ayer realidad después de varios meses de espera. Para él -y para Willy Uribe- va la canción: Comencé algo que no pude terminar.
5 comentarios:
Los sueños son eso, sueños, pero lo de Reboredo ha sido una pesadilla que ha tenido un final, relativamente, feliz. Hay veces que se hace justicia.
saludos
Joder, marino varado, ¿has tenido algo que ver en esto?: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/20/tentaciones/1363798869_331497.html y http://www.youtube.com/watch?v=39qb3Q5mTmk
Fíjate que en este santo país, exoiste otro tipo de gente que sin ser "rehabilitada" salen de la cárcel con su indulto (elige el Gobierno que quieras) bajo el brazo. Tan campantes y con la espuerta llena de billetes esperando en su casa... ¡Esos banqueros, políticuchos, y demás fauna financiera y/o política.
Me alegro un montonazo del final feliz de Reboredo.
Saludos.
Yo también prefiero que se disuelvan antes que verlos arrastrados por los escenarios, aunque hay de todo.
Del otro tema, no sé qué clase de país tenemos, que cuando hay justicia lo celebramos como si nos tocara la primitiva.
Saludos.
No conocía la historia de Robredo, pero meterle a alguien 7 años por una papela de caballo, es abrumador.Que barbaridad. Rotundamente de acuerdo con que los grupos deben de tener una breve, pero fructífera carrera. Queda un buen recuerdo, una buena imagen y ganas de mas, pero se han separado ya. Perfecto.
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