Ahora, todos juntos:
daos la mano.
Y a continuación:
unos a otros,
torceros los brazos.
Con vigor,
con decisión,
sin atisbo de duda.
Hasta contraeros,
siempre en silencio.
Ante todo,
mucho silencio.
Qué, ¿lo sentís bien?
sí, el dolor, el daño.
Y, al fin, una vez purificados,
para celebrarlo:
vuelta a empezar.
4 comentarios:
Amén...
(Entre nosotros, feliz dentro de lo que cabe, vida...)
Raroabrazo.
Hola, Rafa él: te deseo lo mejor, esto es un año pleno de rarezas.
Siento el dolor, el daño.
Vuelvo a empezar,.
siempre en silencio.
Sí, pero... ¿ hasta cuándo?
Pues, Boris, en mi opinión, una de dos: Hasta que nos arranquemos unos a otros los brazos o hasta que al monitor entre todos le arranquemos la lengua.
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