Mientras, junto a cierto fuego de
invierno,
Sentado, escribía extrañas y firmes palabras
De entre mi propio coro interno
Acudieron voces a mi mente desprevenida
De aquellos que murieron en cada bando
Mientras sus amigos lloran sus huesos sin
enterrar
Lanzan suspiros por entre el viento del nordeste
Estos fríos días de febrero
Cierto empleado con papel y pluma
Cierto banquero con su compasión
venenosa
Cierto capitán descuidado con sus
hombres
Estos avivan las llamas que mutilan las ciudades
Y fanáticos en el nombre de Cristo
Por espinosos caminos, oscuros y
cenagosos
Pueden temer su vagar a través de años
de frío
Lamentando cómo sus manos se hallan
ensangrentadas
Ya fueran de aquí o de allá
Su raza y procedencia no tendré en
consideración
Los hombres que semejante amargura
provocaron
Si corazones poseen, dejémoslos que sangren
Quienes ni por la vejez o por la tierna
infancia
Desviarían el disparo de las armas que
portan
Marchad a soportar vuestra penosa culpa
Por los fríos días de febrero