Son muy inquietos y no resulta fácil captarlos.
miércoles, mayo 30, 2018
estorninos / starlings II
Son muy inquietos y no resulta fácil captarlos.
sábado, mayo 26, 2018
La piel, Curzio Malaparte
Publicada
originalmente en 1950, apenas cinco años después de concluida la Segunda
Guerra Mundial, La piel transcurre en Italia durante dicha contienda
a medida que su territorio va siendo liberado por las tropas aliadas,
a las que el autor y narrador ha sido asignado como enlace al
servicio de altos oficiales del ejército de Estados Unidos. Desde
Nápoles, donde discurre el grueso de la acción, hasta Florencia,
pasando por Roma, Curzio Malaparte nos presenta un país destruido,
no tanto física como moralmente, y un pueblo, el suyo, desesperado,
hambriento, postrado. La mirada franca, limpia, de los oficiales del
ejército norteamericano y su abundancia de recursos contrastan con
las carencias y el cinismo de un pueblo envilecido tras años de
fascismo y de guerra.
Malaparte una y otra vez se empeña en explicar, en interpretar para sus superiores el sentido de todo aquello que ven y no entienden -que es casi todo-, ayudándoles a salvar el abismo mental que separa a los miembros de una civilización antigua arrasada de otra nueva y ajena. Episodios a menudo desagradables, grotescos, perversos, a la postre envueltos en un halo trágico, que el autor lo mismo desentraña para sus acompañantes que él mismo provoca, pues también él pertenece a ese pueblo humillado, derrotado, como revela el viejo uniforme que viste, rescatado del ejército británico y a duras penas adaptado tras la desbandada del ejército italiano y el consiguiente cambio de bando para luchar al lado de los aliados.
A través del ingenio y de la provocación, de su amplio y refinado bagaje cultural, de su experiencia adquirida durante la guerra y su aparente incontinencia verbal, el autor trata de redimir a su pueblo y a sí mismo a ojos de sus liberadores, ya sea despertando su curiosidad, causando su asombro, desafiando su incredulidad o provocando sus carcajadas, en ocasiones en las situaciones más dramáticas, al modo de un bufón ilustrado cuyo atrevimiento y narcisismo por momentos resultaría insoportable en caso de no proceder del miembro de un pueblo vencido.
Narrada en primera persona y en tiempo pasado por alguien llamado igual que el propio escritor, que a su vez aparece en la historia como el autor de Kapput, su otra novela ambientada en la misma contienda -los episodios más sórdidos, al modo de siniestras pesadillas, incluyendo aquel que inspira el título de la novela, remiten a las experiencias previas de Malaparte en el frente oriental-, La piel adquiere la forma de un testimonio en el que, pese a la continuidad de sus personajes principales, los hechos se suceden aunque sin llegar a entrelazarse a fin de conformar una trama.
Reflejo de la barbarie, del horror en un continente a la deriva, la lectura de La piel ha podido perder algo del componente provocador que sin duda impulsó su escritura pero resulta oportuna ahora que los aprendices de brujo amenazan con volver a campar a sus anchas, como si el orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial se pudiera modificar a capricho sin atender a las lecciones que nos legó la contienda ni prever sus posibles consecuencias.
lunes, mayo 21, 2018
miércoles, mayo 16, 2018
Autorretratos, Kepa Murua
Un libro personal, valiente, arriesgado, que por momentos incluso puede llegar a producir cierto pudor por el modo en que su autor se expone; que a través de una amplia gama de registros, de enfoques, palia la rigidez del concepto que lo inspira; que elude la solemnidad ante la gravedad de algunos de los temas abordados gracias a un ingenio sutil; en el que se percibe la evolución del protagonista con el paso del tiempo.
Un libro de atractiva factura, enriquecido con las ilustraciones de ardiluzu y complementado por un prólogo del propio autor, que no se agota en una primera lectura.
cuando nadie lo espera.
Pero aquí y ahora
nadie muere por ella.
de Autorretrato con treinta y cinco años
Un mundo en blanco y negro,
sin color, sin matices.
ahora que todos intentan olvidar
lo que hicieron y dijeron.
Que quieren olvidar
lo que no hicieron y no dijeron.
de Autorretrato con Olentzero
Antes, creo que lo dije, volaba,
mas no era libre. Ahora lo soy,
pese a ser un hombre sin alas
que no puede organizar su mundo.
de Hombre sin alas
sábado, mayo 12, 2018
anacronismo / anachronism
¿Will the day come when anachronism cease to shape our country's present?
lunes, mayo 07, 2018
miércoles, mayo 02, 2018
Culpables por la literatura, Germán Labrador Méndez
Dividido el libro en tres partes, la primera de ellas se centra en presentar el enfoque metodológico desde el que se aborda el estudio, basado en la historiografía cívica : aprender a imaginarse fuera del propio presente, de su irrepetible diferencia, a partir de la exposición permanente a los relatos de ayer –para que los habitantes del pasado accedan a hablar con nosotros deben poder hacerlo en sus propios términos, a menudo reservados, íntimos, restringidos- a fin de identificar en sus pasados las líneas de fractura de su presente, buscando en la confrontación con su propia extrañeza un chispazo que nos permita reencontrarnos con quienes dejamos de ser, con quienes pudimos haber sido. Si en lugar de concebir la democracia española como un entero orden político-social ya resuelto y obtenido, la concebimos como un horizonte de expectativas, algo que aún no tenemos plenamente, entonces podemos volver a esperar y a tener esperanza.
A tal fin resulta de capital importancia entender el sentido que la literatura tuvo para la juventud de la transición, basado en el convencimiento de que cada época posee una verdad emancipadora que es posible activar si se encuentra un modo colectivo de expresarla. Su potencial será descubierto por aquellos jóvenes que deseaban vivir otras vidas y para quienes dotarse de una identidad nueva tras la muerte de Franco no debía ser una prerrogativa sólo al alcance de los beneficiarios de la dictadura. Así, entienden la democracia como el derecho a llevar nuevas vidas mediante la invención de instituciones culturales porque para poder cambiar la vida es necesario transformar el mundo. Al esfuerzo de crear, de imaginar esas nuevas instituciones culturales y a los múltiples fracasos a la hora de hacerlo está dedicado el libro. Culpables por la literatura porque su compromiso radical con ella construye las condiciones de posibilidad y los límites para las vidas que quieren vivir y las obras que lo cuenten.