Muy agradecido por el reconocimiento así como por el calor dispensado en su preciosa sede por los miembros de la Fundación Villa de Pedraza con motivo de la ceremonia de entrega de premios de su XV Certamen de Relato Breve.
Leyendo Picasso en el Cercanías a tren de Krishnamurti obtuvo el segundo premio.
3 comentarios:
Qué decirte, que enhorabuena por ese premio y "a causa de ese *desastroso brelato"
Cuánto me alegro...(ni lo imaginas)
[*Dicen, y eso hago yo también, que al viajar en tren -de Cercanías, por ejemplo; o en Media Distancia, algo menos- puedes leer y sentir el placer de "estar solo". Bueno, eso es un bulo y, además con los malditos móviles, el silencio es como un Edulis de verano. ¿O debería llamarlo *voletus?]
Los libros a través de los túneles conceden el descanso de la vista y del oído; se pierde en el primer caso la luz de lectura y la cobertura en el segundo; a eso se le llama respiro o suspiro; según se desee o quiera.
En realidad, el silencio necesario para la lectura es la educación ajena; lo demás es un galimatías que convierte a cualquier pequeña novela de L Estefanía en un ensayo lejano, ardiente y cargado de versículos como si fuera una biblia comercial de ventas. O una extensa odisea de J.J. Ulises.
En medio de ese tren, entre tanto pasajero, estudiantes, paradas y apeaderos sólo recordaba con certeza los disparos de las armas cuatreras...
Me encantó tu rocambolesco brelato. Como la vida misma
Salud y Libertad :)´
*desastroso brelato"
*Sinónimo de excelente
Gracias, Bricd, por tomarte la molestia de expresar lo que el relato te ha transmitido así como por el calor que desprende tu mensaje. Tenemos como modelo de generosidad el que alguien comparta sus riquezas pero a menudo pienso que eso palidece ante quien se alegra de los éxitos ajenos, no digamos si a quien lo hace encima no le va bien, o directamente le va mal -esto último, por suerte, no es tu caso, al menos hasta donde yo sé.
En efecto, la chispa para Leyendo Picasso en el Cercanías a tren de Krishnamurti surgió ante las dificultades que a menudo encuentro en el tren para concentrarme en la lectura dada la profusión de voces, de conversaciones, de anuncios por megafonía... una locura. Así que me dije, si no puedes con el enemigo al menos sácale partido, jaja.
Te deseo lo mismo que tú a mí, añadiéndole la República.
Publicar un comentario