martes, noviembre 16, 2021

el botxo


 


vista desde Archanda


2 comentarios:

nadie dijo...

Como buen -o mal- ejemplar mediterráneo, nunca me dejará de sorprender esa relación de cercanía íntima que se da en el norte entre naturaleza y ciudad, incluso en capitales como Bilbao. No sé si las humaniza o las hace cómplices de cualquier revelación que pueda surgir de la bruma. Un enigma, en todo caso. Un cordial saludo.

Il Gatopando dijo...

Según las circunstancias y el estado de ánimo, esas pronunciadas laderas verdes eran una invitación de la naturaleza u opresivos muros que ocultaban horizontes.

Al menos la ladera del monte Archanda está más cuidada y luce más bonita que hace años, cuando escribí una carta a la asociación Metrópoli 30 proponiendo cinco iniciativas para mejorar la ciudad, una de las cuales era precisamente esa. Las laderas de los montes son las paredes de Bilbao, trataba de explicarles.

Saludo cordial