lunes, septiembre 25, 2023

La (mala) suerte de Armenia

 

Clamoroso silencio por parte de la comunidad internacional ante la agresión armada y ocupación por parte de Azerbayán de la autoproclamada república de Artsaj y el territorio de Nagorno-Karabaj, en disputa con su vecina Armenia y poblado mayoritariamente por armenios, una invasión anunciada desde hace tiempo dado el bloqueo impuesto por Azerbayán a dichos habitantes desde hace meses y los recientes y significativos movimientos de tropas de aquel país. Clamoroso, aún más si cabe, al hacerse extensivo tanto a los países occidentales como a Rusia. 

La principal valedora de Armenia hasta ahora, Rusia, parece haberla dejado caer de su área de influencia, cabe pensar que ante la imposibilidad de involucrarse en la región del Cáucaso y mostrar firmeza ante un régimen de Azerbayán cada vez más agresivo, siempre con el apoyo tácito de Turquía, en un momento en que todos sus esfuerzos están concentrados en Ucrania. La excusa aducida por el Kremlin para desentenderse de la causa armenia alude a los recientes coqueteos del régimen de este país con Occidente, promovidos ante las crecientes dudas por parte del gobierno de Nikol Pashayan respecto a la asertividad rusa en la defensa de sus intereses, acrecentadas dada la pasividad demostrada por las fuerzas de interposición de aquel país durante la última agresión azerbayaní en 2020 que se saldó con la derrota armenia y la pérdida de los territorios en torno a un Nagorno-Karabaj cada vez más aislado de Armenia.

Podría sorprender, por tanto, la renuencia occidental a ocupar el vacío de poder dejado por Rusia en su flanco sur, más aún al tratarse Armenia de un país cristiano con un régimen democrático, si bien imperfecto, acosado por otro musulmán y abiertamente autoritario: Armenia ocupa el puesto 81 en el índice de desarrollo democrático por el 134 de Azerbayán (Economist Intelligence Unit, datos de 2022). La razón de semejante desinterés puede deberse a las abundantes reservas de gas de que dispone Azerbayán, con el que la Unión Europea firmó un acuerdo en 2022 a fin de duplicar las importaciones hasta 2027, además del interés que su explotación despierta en grandes empresas occidentales como British Petroleum, que contrató los servicios de Tony Blair para trabajar como relaciones públicas en beneficio del gobierno de aquel país. Enésimo caso en el que Occidente somete la defensa de los supuestos valores democráticos al valor en el mercado de las materias primas y la energía.

La renuncia rusa y la renuencia occidental, pese al tímido y tardío giro propiciado por el gobierno de Pashayian cuyo fruto fue la incorporación de 85 soldados de EEUU a unas recientes maniobras militares del ejército de aquel país, dejan a este país solo, comprimido en el área de influencia de un mundo turcomano cada vez más decidido y envalentonado, con Irán, que comparte frontera con ambos países y que no tiene buenas relaciones con Azerbayán, como testigo. ¿Resistirá éste la tentación de hacerse con un corredor en el extremo sur a fin de unir los dos territorios azerbayanos separados por Armenia, de modo que haya continuidad territorial turcomana desde Estanbul hasta el Mar Caspio, facilitando la construcción de gasoductos que lleven el gas de Azaerbayán hasta Europa evitando el giro que hoy han de hacer hasta Georgia a fin de evitar a Armenia? ¿Vería Europa con buenos ojos una iniciativa así o se abstendría al menos de poner pegas en caso de llevarse a cabo una operación semejante ante la dificultad de enemistarse con países que tienen en su mano aliviar el déficit energético europeo?

Las cartas parecen marcadas a favor de Azerbayán y mucho autocontrol va a necesitar su presidente desde hace 20 años, Ilham Aliyev, para no jugarlas, más aún a raíz de la facilidad con que se ha desarrollado su última jugada de ocupación y asimilación de la república de Artsaj ante la desidia internacional. Armenia, por su parte, con el margen de maniobra reducido, se pregunta si será una víctima colateral del enfrentamiento entre rusos y occidentales en Ucrania y cuál será el precio que estará dispuesta a pagar.




2 comentarios:

nadie dijo...

Me ha gustado su análisis de la situación, muy esclarecedor. En fin, al paso que vamos, da la sensación de que, en breve, la única posibilidad de convivencia entre gentes de credos, lenguas, nacionalidades o idiosincrasias diferentes, va a ser dentro de un avión o un crucero, rumbo a cualquier idílico destino turístico. Un cordial saludo.

Il Gatopando dijo...

Unidos tan solo por la aceleración del cambio climático jaja. Casi casi ya le respondo en la siguiente entrada. Un saludo cordial