Estos días uno tiene la impresión de que España, definitivamente, se hunde. El siguiente es el comentario que he enviado en relación a una columna publicada en el diario Público:
Sr. Monteria: En su artículo habla usted de uno o dos años perdidos. Pero en mi opinión son ya seis. Una vez llegado al poder, en lugar de tratar de embridar la pavorosa, aunque suculenta, burbuja inmobiliaria, el Sr. Zapatero decidió cabalgarla y sacar pecho con declaraciones ridículas en las que comparaba a la economía española con la de otros países que nos sacan bastantes cuerpos de ventaja. Yo entonces me preguntaba por qué el PSOE no lideraba una respuesta contra los evidentes desastres y desmanes urbanísticos que asolaban a todo el país. Ingenuo de mí. Luego la burbuja nos explotó en la cara y resulta que no había plan b. Las medidas que se podían haber tomado en época de bonanza se lanzan ahora de un modo caótico sin ya margen para la reacción. La figura del presidente se ha vuelto patética y su política se revela gestera -esos nombramientos para la galería-, vacía. Pero no nos engañemos, es sólo el reflejo de la sociedad española. ¿O es que no hemos estado los españoles viviendo mucho tiempo por encima de nuestras posibilidades, de nuestras capacidades? ¿Acaso nos pensábamos que la burbuja podía durar hasta la eternidad?
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