"El autoengaño: el individuo tiene una opinión demasiado elevada de sí mismo como para tolerar la idea de haber actuado indebidamente y, por eso, se hace necesario imputar una ofensa a algún otro para alejar la atención de su propio error. Nos produce satisfacción ser la parte agraviada... y por eso debemos inventar agravios que alimenten ese capricho. El yo permanece así por completo en el lado de las víctimas."
Zygmunt Bauman: Mundo consumo. Paidós. 2010. Pg. 104
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