He subido un anuncio de la convocatoria de manifestaciones previstas para el día 12 de mayo. !Quién sabe! Esto que he hecho es muy posible que en cosa de unos meses, si es que se cumplen las previsiones del Ministerio del Interior, sea delito. Dicho ministerio está trabajando en una dura reforma del código penal que, entre muchas otras medidas, criminalizará la convocatoria de manifestaciones realizadas a través de internet que deriven en violencia. Como es lógico, los violentos pueden reventar manifestaciones en contra de la voluntad de sus convocantes pero los criminalizados serán estos últimos. Darán ganas de pensárselo, ¿no?
Como atentado a la autoridad se tipificará la asistencia a manifestaciones no autorizadas -es el caso de la mayoría de llamamientos efectuados por el movimiento 15M-, lo que convertirá automáticamente en delincuente a cualquier ciudadano que asista a cualquiera de dichas convocatorias.
De lo que se trata en última instancia es de achicar el espacio democrático, la protesta en la calle, en un momento en que se laminan derechos sociales duramente conseguidos a lo largo de décadas de lucha. Se promueve, asimismo, el miedo a significarse. El gobierno, como es lógico, nos quiere en nuestras casitas viendo la tele para así tener las manos libres a la hora de hacer y deshacer a su gusto.
En palabras del consejero de Interior catalán se trata de que "la gente tenga más miedo al sistema". Una frase que haría las delicias de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda durante el III Reich de Adolf Hitler.
Es lo que tiene un país con tan escasa tradición democrática como España, que se le atragantan las mayorías absolutas. El gobierno de turno la concibe como un cheque en blanco para hacer lo que le dé la gana.
La capa de barniz democrático con el que el país se dotó a raíz de la transición se cae ahora a pedazos y lo que asoma es el duro granito autoritario de tan larga tradición en la historia española.
Por sus intenciones les conoceréis. No hay duda de que se han retratado. Dicho lo cual, si no caemos en la resignación, no hay duda de que el futuro está aún por escribir..
Adjunto sendos enlaces a
Publico y
El País donde se da cobertura a las medidas, así como un enlace a un
artículo que aborda el asunto con mayor profundidad.