lunes, marzo 27, 2017

Ebrio

-Ponme otro.
-No, ya está bien. Ya has tenido bastante, ¿no crees?
-Sólo uno más. El último, de verdad.
-Que no. Ya es tarde, vamos a cerrar.
-Sólo uno, por favor.
-Que no.
-Uno más y me voy, te lo juro.
-Ay, qué paciencia, señor.

Acodado en la barra del bar,
ebrio de actualidad, con fruición
España apuraba el último titular.

1 comentario:

nadie dijo...

Prefiero no pensar qué clase de resaca (seguramente mensurable por la escala Richter) puede dar una noche de abuso del brebaje ese que describe en la entrada. Un cordial saludo.