Hace tiempo que el término palabra, al menos en una de las acepciones, es indistinguible de aquellos principios de Groucho Marx. Quizá mejor el silencio, a ser posible con el eco de algún buen tema de Miles o Monk. Un cordial saludo.
Llaman la atención estas esculturas porque sus equivalentes hoy, en lugar de palabras, señalarían números, no en libros sino en pantallas: la previsión de déficit, de crecimiento del Producto Interior Bruto, la tasa de inflación interanual, de paro, la estimación de deuda pública, la tasa de interés, el euríbor, etc, etc, etc.
Los monjes de ayer son los economistas hoy, y las finanzas la teología del siglo XXI.
4 comentarios:
Hace tiempo que el término palabra, al menos en una de las acepciones, es indistinguible de aquellos principios de Groucho Marx. Quizá mejor el silencio, a ser posible con el eco de algún buen tema de Miles o Monk. Un cordial saludo.
" Nos queda la balabra ", cantaba Paco Ibáñez. Aprovechémosla, sin desperdicio.
Estas esculturas animan a ello desde el respeto que transmiten.
Al respecto de la palabra, no me infunden nada
Llaman la atención estas esculturas porque sus equivalentes hoy, en lugar de palabras, señalarían números, no en libros sino en pantallas: la previsión de déficit, de crecimiento del Producto Interior Bruto, la tasa de inflación interanual, de paro, la estimación de deuda pública, la tasa de interés, el euríbor, etc, etc, etc.
Los monjes de ayer son los economistas hoy, y las finanzas la teología del siglo XXI.
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