Así lucía la calle donde vivo cinco días después de la nevada. La Comunidad de Madrid convertida en un sordo sálvese quien pueda, una distopía de autoritarismo histriónico e ineptitud bufa, un juguete de la Escuela de Chicago en versión cañí propulsado por aspavientos.
1 comentario:
Pues lucir, luce bien...como una novia de blanco en un día lluvioso frente al altar y con banquete en palacio...Qué real...
Saúde :)´
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