Esta semana ya he visto artículos de dos escritores que dan claves para abordar su lectura. No los he leído pero seguro que merecen la pena. Un saludo cordial.
Cuando tenía dieciocho me lo leí en el trono; pero en el real... (El de tronar, claro. Y bien claro) Zarzuela pura, en la que descargué la ira y *^^venira *Venticuatrohoras y muchos días dónde aprendí que para escribir, no sobran palabras, sí en cambio, tanta coma. Y punto. Punto
[*^^Entonces me acusaban de no saber de política y no "creer" en zarzuelas, y otras ardientes anteriores. Aquellos, a raíz de ciertos pagos de un golfo en el Golfo, con su Corina, pero no "La Porro Viguesa" (a la que conocí muy bien, bien, bien. Era un chaval atlético y dibujante de retratos...o retretes, si fuera surrealista) me dijeron últimamente que no andaba equivocado.
Ulises, esa epopeya, de Popeyes también, en N.Y. si levantara cabeza no sabría qué decir y a quién leer. Pues hace unos años, un "méndigo" por la Princesa, a la altura del 17, me comentaba: --Tengo tanto tiempo en qué invertirme, que me leí Ulises seis veces. Seis el Quijote. Otras tantas La Íliada, la Odisea, y hasta la Biblia y otros tantos. Pero entre todos el que más me gustó es el libro Gordo de Petete y las páginas en blanco del mío propio.
Nunca leyó el "Principito", igual que yo. Dicho esto, lo invité a desayunar conmigo. Ya éramos dos. Y abrí mi libro de apuntes de campo urbano y le hice un retrato; pero no en el retrete. No era de noche ni había soldados que se retirasen a sus aposentos a dormir.
Nos despedimos. Él con su carrito urbano de "Al-campo". Yo con mis hojas de libro de otoño. Pronto acabaría el verano porque los días eran cortos. Corto.
Te pega haberlo leído, al menos así se deduce de esa querencia tuya a hacer malabarismos lúdicos con el lenguaje, tan joyceana. Veo además que lo hiciste a una edad en la que como lectores somos muy impresionables, al menos esa es mi experiencia.
Yo esperé mucho más tiempo y me decidí una temporada en que estaba solo en casa y me quedé sin ordenador. Me dije, ahora o nunca. Coincidiendo con la celebración de San Patricio de este año subiré al blog mis impresiones de aquella lectura.
Por cierto, tampoco yo he leído El Principito.
Moita saúde.
Espero que hayas recuperado por fin la movilidad completa en espalda y pierna. Ya no estamos en edad de bailar el aurresku, se entiende.
6 comentarios:
Sitio de honor para una joya.
Este año, que se cumplen cien años desde su publicación, se va a hablar, y a escribir, mucho de él.
Este año me he prometido acabarlo, son ya demasiados intentos... Un cordial saludo.
Esta semana ya he visto artículos de dos escritores que dan claves para abordar su lectura. No los he leído pero seguro que merecen la pena. Un saludo cordial.
Cuando tenía dieciocho me lo leí en el trono; pero en el real...
(El de tronar, claro. Y bien claro) Zarzuela pura, en la que descargué la ira y *^^venira
*Venticuatrohoras y muchos días dónde aprendí que para escribir, no sobran palabras, sí en cambio, tanta coma. Y punto. Punto
[*^^Entonces me acusaban de no saber de política y no "creer" en zarzuelas, y otras ardientes anteriores. Aquellos, a raíz de ciertos pagos de un golfo en el Golfo, con su Corina, pero no "La Porro Viguesa" (a la que conocí muy bien, bien, bien. Era un chaval atlético y dibujante de retratos...o retretes, si fuera surrealista) me dijeron últimamente que no andaba equivocado.
Ulises, esa epopeya, de Popeyes también, en N.Y. si levantara cabeza no sabría qué decir y a quién leer. Pues hace unos años, un "méndigo" por la Princesa, a la altura del 17, me comentaba:
--Tengo tanto tiempo en qué invertirme, que me leí Ulises seis veces. Seis el Quijote. Otras tantas La Íliada, la Odisea, y hasta la Biblia y otros tantos. Pero entre todos el que más me gustó es el libro Gordo de Petete y las páginas en blanco del mío propio.
Nunca leyó el "Principito", igual que yo. Dicho esto, lo invité a desayunar conmigo. Ya éramos dos. Y abrí mi libro de apuntes de campo urbano y le hice un retrato; pero no en el retrete. No era de noche ni había soldados que se retirasen a sus aposentos a dormir.
Nos despedimos. Él con su carrito urbano de "Al-campo". Yo con mis hojas de libro de otoño. Pronto acabaría el verano porque los días eran cortos. Corto.
Saúde, Ceibedade e Monte, por se ven o caso
:)´
Te pega haberlo leído, al menos así se deduce de esa querencia tuya a hacer malabarismos lúdicos con el lenguaje, tan joyceana. Veo además que lo hiciste a una edad en la que como lectores somos muy impresionables, al menos esa es mi experiencia.
Yo esperé mucho más tiempo y me decidí una temporada en que estaba solo en casa y me quedé sin ordenador. Me dije, ahora o nunca. Coincidiendo con la celebración de San Patricio de este año subiré al blog mis impresiones de aquella lectura.
Por cierto, tampoco yo he leído El Principito.
Moita saúde.
Espero que hayas recuperado por fin la movilidad completa en espalda y pierna. Ya no estamos en edad de bailar el aurresku, se entiende.
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