Los pedos de la princesa Leonor huelen a vainilla caramelizada, los más allegados a ella así lo atestiguan.
Sus retortijones de tripas evocan melodías de Satie, asegura su tutor en el internado de Gales.
-!No te duches, Leonor, no te duches!, le imploran sus compañeros en la academia militar. Y es que con el aroma a petunia de su sudor castrense ambienta el cuartel.
* Leonor no se tira pedos, tiene ventosidades.
4 comentarios:
Uno tiene la sensación de que ciertas instituciones, por más lavados de imagen que hagan y propósitos modernizadores que alberguen, siempre acaban oliendo a alcanfor. Un cordial saludo.
Es más bien el alcanfor el que huele a Borbón. Un cordial saludo.
¿Es la estirpe de los "Bombón y Borbón" o algo así?
Si al menos oliera a "Vainica Doble"...otro gallo cantaría.
(Anda qué)
Y mis disculpas, pero hay asuntos por dónde no paso; pero ciertas igualdades se ven que no existen. Por ejemplo esa ley del cañonazo para acceder a la "academia"....mire que estuve yo con ganas de entrar en la peripatética y me costó entender que se "me había pasado el...tiempo y no era regresivo. Finalmente esa otra academia es simplemente patética y cursi.
Ando muy ocupado
Saúde e Ceibedade
Pues nada, Bricd, habrá que hacer Bombón y cuenta buena... quiero decir, !Borbón y cuenta nueva!
Y, oye, una pena que no te dejaran entrar en la academia. Algo me dice que en este país escasean los militares republicanos. Se ve que casi todos los soldados cojean del mismos pie en los desfiles.
Saúde y república.
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