Eso me recuerda la comida que tuvo un dirigente catastrófico con una señora y que estuvieron de sobremesa bastante tiempo, por lo que parece. Entre medias la humedad en las calles liquidaba asfalto, puentes, aceras y se presentaba en casa de muchas personas sin avisar de su llegada. Es lo que se conoce como riadas; qué no "chunamis" como desean tergiversar ahora mucha gente, sin haber vivido en su vida una ola "chunami". De río riada; de arroyo también ¿Qué cosas, eh?
Bueno, que conste que el nombre del restaurante donde me la sirvieron no era El Ventorro, ¿eh?, que vaya nombre también para un restaurante, a mí me evoca a una pedorreta.
Pues sí, la vajilla en cuestión no pasa desapercibida. Una pena que solo conste de tres piezas; un plato en perfecto estado, otro con dos o tres pequeños puntos descascarillados y un tercero, de postre, al que le falta un fragmento. Un saludo cordial.
Redundo ──ahora que no me escribe *nadie── en el comentario anónimo, sin ánimo cesante, ni de lucro, que ya es lujo. Pues tal y cómo dice ése, hay algo retorcido, torticero en todo este asunto El Ventorro, o era por ser antigua venta y figurar en lugar despejado y alto. Otra cosa fuera que después de los platos de cuchara, o de cúchares, a más de uno se le fuera parte de la fuerza trasera; que ya es también un arte si clama en silencio, aunque sea fuerte.
Pero para arroyo y torrentera ──digo al que no conozco── también sigue siendo riada y no justamente desternillante. Y sino que se lo digan a quienes lo sufrieron. A todo esto, dicen por ahí, que el que tenía que tomar cartas en el asunto y no las tomó, porque a saber en qué tipo de comida estaba y aún no lo ha dicho, ni dirá, claro; que todo pudo haber sido una campaña orquestada por su jefe ──el que tiene por apellido el mismo que unas gaseosas de Vigo── para cargarle el mochuelo al del central Gobierno. Y después de que me expusieran la tesis, o hipótesis, no se me torna extravagante, sino jugada política, manque pierdan algunos o muchos, con tal de aquello que tanto rezan estos torticeros: “Que esapaña se hunda, que ya estaremos nosotros para salvarla” …
^Igualico, igualico, que los descascarillados de sus platos.
Hala, a mandar (^Agamenón, aragonés y maño de cepa pura. Número 54)
4 comentarios:
Preciosa vajilla, por cierto. Me trae recuerdos familiares. En cuanto a su ágape, espero que no se le indigestara. ;-) Un cordial saludo.
Eso me recuerda la comida que tuvo un dirigente catastrófico con una señora y que estuvieron de sobremesa bastante tiempo, por lo que parece. Entre medias la humedad en las calles liquidaba asfalto, puentes, aceras y se presentaba en casa de muchas personas sin avisar de su llegada. Es lo que se conoce como riadas; qué no "chunamis" como desean tergiversar ahora mucha gente, sin haber vivido en su vida una ola "chunami".
De río riada; de arroyo también
¿Qué cosas, eh?
Bueno, que conste que el nombre del restaurante donde me la sirvieron no era El Ventorro, ¿eh?, que vaya nombre también para un restaurante, a mí me evoca a una pedorreta.
Pues sí, la vajilla en cuestión no pasa desapercibida. Una pena que solo conste de tres piezas; un plato en perfecto estado, otro con dos o tres pequeños puntos descascarillados y un tercero, de postre, al que le falta un fragmento. Un saludo cordial.
Redundo ──ahora que no me escribe *nadie── en el comentario anónimo, sin ánimo cesante, ni de lucro, que ya es lujo. Pues tal y cómo dice ése, hay algo retorcido, torticero en todo este asunto
El Ventorro, o era por ser antigua venta y figurar en lugar despejado y alto. Otra cosa fuera que después de los platos de cuchara, o de cúchares, a más de uno se le fuera parte de la fuerza trasera; que ya es también un arte si clama en silencio, aunque sea fuerte.
Pero para arroyo y torrentera ──digo al que no conozco── también sigue siendo riada y no justamente desternillante. Y sino que se lo digan a quienes lo sufrieron.
A todo esto, dicen por ahí, que el que tenía que tomar cartas en el asunto y no las tomó, porque a saber en qué tipo de comida estaba y aún no lo ha dicho, ni dirá, claro; que todo pudo haber sido una campaña orquestada por su jefe ──el que tiene por apellido el mismo que unas gaseosas de Vigo── para cargarle el mochuelo al del central Gobierno. Y después de que me expusieran la tesis, o hipótesis, no se me torna extravagante, sino jugada política, manque pierdan algunos o muchos, con tal de aquello que tanto rezan estos torticeros:
“Que es apaña se hunda, que ya estaremos nosotros para salvarla” …
^Igualico, igualico, que los descascarillados de sus platos.
Hala, a mandar
(^Agamenón, aragonés y maño de cepa pura. Número 54)
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