Eso me recuerda la comida que tuvo un dirigente catastrófico con una señora y que estuvieron de sobremesa bastante tiempo, por lo que parece. Entre medias la humedad en las calles liquidaba asfalto, puentes, aceras y se presentaba en casa de muchas personas sin avisar de su llegada. Es lo que se conoce como riadas; qué no "chunamis" como desean tergiversar ahora mucha gente, sin haber vivido en su vida una ola "chunami". De río riada; de arroyo también ¿Qué cosas, eh?
Bueno, que conste que el nombre del restaurante donde me la sirvieron no era El Ventorro, ¿eh?, que vaya nombre también para un restaurante, a mí me evoca a una pedorreta.
Pues sí, la vajilla en cuestión no pasa desapercibida. Una pena que solo conste de tres piezas; un plato en perfecto estado, otro con dos o tres pequeños puntos descascarillados y un tercero, de postre, al que le falta un fragmento. Un saludo cordial.
3 comentarios:
Preciosa vajilla, por cierto. Me trae recuerdos familiares. En cuanto a su ágape, espero que no se le indigestara. ;-) Un cordial saludo.
Eso me recuerda la comida que tuvo un dirigente catastrófico con una señora y que estuvieron de sobremesa bastante tiempo, por lo que parece. Entre medias la humedad en las calles liquidaba asfalto, puentes, aceras y se presentaba en casa de muchas personas sin avisar de su llegada. Es lo que se conoce como riadas; qué no "chunamis" como desean tergiversar ahora mucha gente, sin haber vivido en su vida una ola "chunami".
De río riada; de arroyo también
¿Qué cosas, eh?
Bueno, que conste que el nombre del restaurante donde me la sirvieron no era El Ventorro, ¿eh?, que vaya nombre también para un restaurante, a mí me evoca a una pedorreta.
Pues sí, la vajilla en cuestión no pasa desapercibida. Una pena que solo conste de tres piezas; un plato en perfecto estado, otro con dos o tres pequeños puntos descascarillados y un tercero, de postre, al que le falta un fragmento. Un saludo cordial.
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