En estos momentos en que el presidente Mubarak se enroca en el poder y resulta incierto el devenir de las revueltas en los países árabes, me llama la atención que al referirse al posible efecto contagio todos los analistas coinciden que fue en Túnez donde se originó la primera rebelión que prendió la mecha. Sin embargo, hubo una revuelta muy pocos meses antes en otro país árabe en que una multitud pedía mejoras sociales. Dicha revuelta fue reprimida con dureza y no prosperó. Imagino que es por ello por lo que los expertos hoy la pasan por alto. Bueno, por eso y porque fue protagonizada en El Aaiun por el pueblo saharaui. Debe ser que el tradicional ninguneo al que los saharauis se han visto sometidos por el grueso de la comunidad internacional se encargará también de que sus méritos no consten en los libros de historia. Les serán arrebatados como si no se permitiera que una hipotética futura narración de la gloriosa lucha por la libertad en el mundo árabe sea protagonizada por un pueblo de perdedores.
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