viernes, noviembre 04, 2011

Another Year (Un año más)

El transcurrir de las cuatro estaciones como metáfora del paso del tiempo, de la vida.

Una película sin artificios ni edulcorantes, nada complaciente - como es habitual en Mike Leigh- sino descarnada en su humanidad.

Un puñado de personajes anónimos, frágiles, vulnerables, angustiados en su soledad, a la deriva, a duras penas aferrados al oasis de estabilidad ofrecido por un matrimonio que parece haber resistido con fortuna los embates de la vida.

Una oda a la sencillez, a la vida cotidiana que, a través de sus pequeños dramas –siempre en planos cortos, sin artificios-, dignifica al ser humano a través de una épica de la madurez, de la vejez, cuando se ha de aprender a capear, a convivir con el espectro de la ausencia, de la muerte.

Tragar saliva lo hacemos decenas de veces cada día. Another Year logra que ese simple acto, tan frecuente, casi reflejo, prácticamente imperceptible, no te pase desapercibido. Es el precio para reconciliarte con lo que de valioso tiene la existencia.


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