Breaking the Waves me arrebató
En Dogville y Dancing in the Dark me aburrí
La de los jefes -Von Trier en versión humorística- ni fu ni fa
Anticristo me la salté
Y en Melancholia estuve ayer
me impactó
Además de la ambición y de una narrativa fragmentada, comparte con El Arbol de la Vida un enfoque humanista, un deseo de desnudar a la condición humana y devolverla a su esencia, a su escala real, esas partículas insignificantes, en un minúsculo planeta suspendido en el infinito, que en realidad somos. Mientras Malick se interesa por su origen Lars Von Trier prefiere idear su final, un apocalipsis a su medida -desde luego al danés no se le puede acusar de tibieza- que destila poesía y sensibilidad a través de unos personajes y una mística femenina que para sí quisiera Almodóvar -curiosamente, la lista de agradecimientos del director la encabeza Penélope Cruz-. La gloria se la lleva Kirsten Dunst, a la que da contrapunto Charlotte Gainsbourg.
La película requiere ciertos guiños por parte del espectador pero si se establece la complicidad y te dejas llevar Von Trier es capaz de transportarte a sitios en los que jamás has estado.
A veces un pequeño fragmento transmite más y mejor que el trailer de la película; eso sí, es en el inglés original.
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