"... se da una clara incapacidad de las estructuras de poder de prever y reaccionar ante la crisis de la Sociedad Industrial..., las élites no toman las decisiones que beneficiarían al conjunto de la sociedad, porque eso supondría un cambio dramático en las políticas que iría contra sus propios intereses e inercias. En su lugar, tratan de intensificar las mismas políticas..., este intento continuista producirá un deterioro aún mayor de las condiciones de vida, institucionales y ambientales."
Ramón Fernández Durán: "La quiebra del capitalismo global, 2000-2030: Preparándonos para el comienzo del colapso de la Civilización Industrial". Libros en Acción. 2011. Pg. 73
"... there is a clear failure of the power structures to anticipate and react to the crisis of the Industrial Society..., the elites do not take decisions that would benefit the whole of society, because that would mean a dramatic change in policies that would be against their own interests and inertia. Instead, they try to intensify the same policies..., this continuist attempt will produce a further deterioration of the conditions of life, institutional and environmental."
3 comentarios:
Debe ser por mi naturaleza (naturareza) pesimista, pero desde hace mucho, mucho tiempo he barruntado lo mismo. No quiero decir que esté a la altura del Sr. Fernández Durán (Líbreme cualquiera de ello...), sino que tras acumular experiencias de todo tipo, donde el empirismo (palabro genial, pero que hay que tratar con mucho mimo), se muestra cual resultado matemático de las cosas, y cómo se van sucediendo, digo qué, entonces llegaba a la conclusión de que esta situación que nos "ahoga" a unos más que a otros, pero ahoga, acabará, tarde o temprano, en ese colapso del que habla el escritor.
Yo no soy escritor (ni lo pretendo), pero no hay que ser demasiado avispa, para ver el rumbo que va tomando la política en general, y esos mercados financieros, que son los que verdaderamente gobiernan, y deducir que esto se va al traste, y no porque no existan soluciones (puede que las haya), sino porque no se van a tomar, ya que por algún motivo oculto o "misterioso", parece no interesar, y sin en lo contrario: que caiga todo, para tal vez, en un futuro volver a empezar de nuevo... quién sabe, si no entrando en un bucle de nuevo.
Abrazo.
Resumiendo: todo al carajo.
Perdón por mi brusquedad.
Los máximos beneficiairos de un sistema serán los últimos interesados en modificarlo, ello si es que realmente llegan a sentir la necesidad de hacerlo mientras a ellos les vaya bien. Y se da la circunstancia de que esos máximos beneficiarios son quienes toman las grandes decisiones.
En definitiva, la pelota en forma de un futuro viable y sostenible está en el tejado de los ciudadanos, algo que a los máximos beneficiairos no les hará ninguna gracia. Luego está el problema de que nadie nos ha entrenado para algo así. Pero, bueno, el primer paso consiste en concienciarse de la situación. Ya es algo.
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