Es lo que sucede, ya se sabe, con
la poesía. Que uno nunca acierta con el momento. Y no por falta de
oportunidades. Si no tienes el hábito bien afianzado es como que nunca te
acuerdas o cuando lo haces justo no encaja. Se me pasó así el mes y llegado el
momento de devolver el libro de José Emilio Pacheco a la biblioteca lo había
abierto apenas una vez. Un ratito tan solo aunque suficiente para picotear con
el Rap del salmón. Por eso en lugar del periódico, que hay que ver lo
antipático que se ha hecho comprar El País, durante el trayecto en tren a
Madrid aproveché para leer cuanto pude del libro del poeta. Enseguida comprendí
que había sido una pena no dedicarle más tiempo. De veras lo lamenté, que se
acercara la estación y con ella el momento de bajar. Más aún el de hacerle
enmudecer.
LA NOCHE
Es inútil creernos hijos del Sol:
Todos llevamos muy adentro la noche.
PAN
Eres lo que no miente,
Eres la verdad
Hecha de agua, de sol y tierra.
La materia devoradora.
Al final
Seremos alimento para tu espiga.
EN BABEL
En Babel balbuceo mi lengua bárbara.
Les suena a los asirios como un ladrido,
Blablablá de burbujas en el pantano.
EL FIN DEL MUNDO
El fin del mundo ya ha durado mucho
Y todo empeora
Pero no se acaba.
Poemas extraídos de "Como la lluvia"; José Emilio Pacheco.
3 comentarios:
Interesante. Habrá que hacerle un hueco a José Emilio...
Abrazo.
Buenos tiempos para la lírica. Vendrán más poetas.
Saludos.
Ojalá, Blue. Pero si no es así -o mientras tanto- rescataremos y reivindicaremos a los buenos de verdad porque nadie como ellos nos interrogan acerca de nuestro modo de mirar.
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