¡Y pensar que hace solo un año no habíamos oído hablar de
Podemos! Este detalle, por sí solo, encapsula la vertiginosa transformación que
ha padecido el sistema de partidos español desde que a raíz de las pasadas
elecciones europeas la nueva formación abriera en el buque bipartidista una vía
de agua que no ha dejado de crecer. Todo va tan rápido que pese a la abultada agenda
electoral prevista para este 2015 y al ritmo frenético que imponen unos medios
de comunicación cada vez más alterados –o precisamente por ello- he pensado que
merecía la pena detenerse un poco y reflexionar sobre el fenómeno a fin de
ordenar ideas y sensaciones. Y qué mejor forma de hacerlo que escribir sobre
ello.
Hoy es evidente que el surgimiento del movimiento 15M, con
su ánimo de plantear una enmienda integral al sistema bipartidista heredado de
la Transición, dejó el terreno abonado para la aparición de un partido político
que regara la semilla plantada y cosechara sus frutos. Escaños en Blanco o el
Partido X fueron algunos de los proyectos que se disputaron el legado del
descontento en las elecciones al Parlamento Europeo –propicias para la
presentación de nuevas candidaturas al celebrarse en una circunscripción única
y registrar tradicionalmente las grandes formaciones una alta abstención- si
bien fue Podemos el que se llevó el gato al agua.
Frente a iniciativas revolucionarias, o ingenuas, según se
mire, como las ya citadas –Escaños en Blanco proponía dejar vacíos de forma
permanente los escaños obtenidos como medio de visibilizar la protesta contra la política
tradicional, mientras el Partido X abogaba por una democracia cibernética y la implicación
ciudadana mediante la creación de grupos de trabajo especializados por tareas
al margen de las ideologías-, Podemos demostró que en pleno siglo XXI el éxito político
aún depende de un liderazgo carismático apoyado en los medios de comunicación audiovisuales,
con la red como elemento indispensable si bien en un rol complementario y no
central.
Podemos ha conseguido algo que solo hace un año hubiera
resultado impensable: ofrecer la alternativa de volcar toda la rabia y la
frustración ciudadana acumuladas en las urnas en lugar de la calle, como
ocurrió con el 15M. Una calle, por cierto, hoy ya perfectamente blindada gracias
al celo represor demostrado por los Ministerios de Interior y de Justicia decididos
a cortar de raíz cualquier atisbo de reditar la experiencia de los indignados. Paradójicamente,
la apuesta por las urnas la hace mucho más difícil de combatir para el
establishment: no hay disturbios ni episodios de violencia, relativamente
frecuentes en las protestas ciudadanas, que amplificados por los medios
provoquen el rechazo de la mayoría silenciosa y estigmaticen a sus promotores.
Esa es la osadía de la apuesta de Podemos: tratar de ganar al establishment
jugando a su propio juego y con sus mismas reglas...
Si lo deseas, puedes leer el texto completo en el número de febrero de la revista digital de agitación cooltural agitadoras
9 comentarios:
Escaños en Blanco nace en el 2010, antes del 15-M y es heredero de un partido similar nacido mucho antes, Escaños Insumisos.
Por lo tanto no es un partido que entrara a la disputa de ningún descontento.
Escaños en Blanco viene a crear una mejora democrática que hoy no existe: la representación de todos, y la inclusión de todos para calcular mayorías.
Además, Escañso en Blanco no aspira a ser alternativa de gobierno, ni a ostentar el poder, sino, precisamente aspira a devolver ese poder a los ciudadanos, y lo consigue simplemente presentándose a las elecciones, sin necesidad de obtener un resultado concreto.
Por esos motivos, Escaños en Blanco seguirá muchos años mientras otros desaparecerán al no conseguir sus objetivos.
Un saludo
También los convocantes de la marcha del 15M nacieron antes de esa fecha, de otra forma no hubieran dispuesto de margen para organizarse y convocarla.
Parece evidente, por tanto, que para el año 2010 había un caldo de cultivo para la contestación, acentuado por la crisis económica, y de él emergieron distintas iniciativas que buscaron su propio cauce. Entiendo, por lo que dices, que el surgimiento de Escaños en Blanco en ese momento fue una mera coincidencia, una casualidad. Sea como fuere, la que obtuvo entonces mayor resonancia es la de Democracia Real Ya.
En cuanto a Escaños Insumisos, el antecesor de Escaños en Blanco, me pregunto cuánta gente conocería de su existencia. Dado su impacto, deduzco que no mucha.
Suerte
Más allá de Podemos, que también, lo que concita mi interés estos días son los primeros pasos del nuevo Gobierno griego. Da la sensación de que ahí se está jugando la primera partida de nuestra supervivencia como ciudadanos con derechos y no como meros palmeros acojonados de los sátrapas.
Sin duda, así es, Nadie. Mi sensación es que, en cierta medida, los sátrapas afrontan el envite griego mirando a Podemos por el rabillo del ojo. A nadie se le escapa que un posible revolcón en España a lo griego este mismo año les plantearía un serio problema.
También cabe otra interpretación: que Podemos sea una creación del establishment para encauzar la rabia y conducirla. Hay que tener en cuenta que aunque se movieron bien y crecieron en la red, no son conocidos por ella sino por los medios del sistema, lo cual plantea serios interrogantes sobre su origen. Sé que puede sonar retorcido, pero hay tantas cosas que no encajan...
Cautela, sí. Esta película me suena de haberla visto otras veces y ya sé su final.
Saludos
Me dejas un poco intrigado, Blue, al apuntar a una teoría de la conspiración. Si en algo estamos todos de acuerdo es que su irrupción ha planteado un sin fin de interrogantes y a absolutamente nadie ha dejado indiferente.
Saludos bucólicos.
Todo podría ser. Yo recuerdo de cierto partido cuya victoria electoral allá en octubre del 82 parecía también que fuera a abrir las puertas del universo. Por entonces aún no sabíamos que su discurso, ideológicamente hablando, ya se situaba más cerca del SPD alemán que del ideario de su fundador o el republicanismo del que siempre había hecho gala. Pero, al menos, parece que hoy tenemos ganado algo: el fin de la lacra del bipartidismo. Un cordial saludo a todos.
Uno de los problemas, tal y como lo veo justo en este momento, es el repliegue y reflujo -cierta subsunción ensimismada- de todos y cada uno de los colectivos, plataformas y espacios -a donde, por cierto, se están trasladando no pocas de las tensiones y de los conflictos que la vía electoral provoca- que trabajan cotidianamente por hacer realidad presente las transformaciones que se propugnan en el discurso político; en otras palabras, que lo mismo que ha abierto la grieta la obture por una incomprensión franca de su potencial utilidad como mero ariete.
Creo entenderte, Luchin. Se aprecian dos capas superpuestas. Por un lado un magma de movimientos sociales, colectivos y partidos que buscan, con las dificultades y contradicciones que ello entraña, la confluencia a fin de presentarse a las elecciones municipales. Y por otro una exitosa formación de nuevo cuño que busca dotarse de una estructura férrea a fin de esquivar sus potenciales contradicciones -dada la premura del calendario no siempre lo consigue- y que no se sabe muy bien si busca confluir con ese magma o si pretende absorberlo, según se trate de unas elecciones u otras.
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