La Dirección General de Tráfico, a través de sus paneles informativos instalados sobre la carretera, nos advertía una y otra vez sobre la necesidad de descansar. Al llegar al único área de descanso habilitado en la Autovía del Sur nos encontramos con esto:
un secarral sin rastro de sombra,
en el que los bancos y mesas estaban fundamentalmente compuestos por gruesas láminas de hierro recalentadas al sol.
Visto el panorama, la rapidez con que los coches que tomaban el desvío reemprendían la marcha, lo lógico era pensar en un interés premeditado por empujarnos hasta alguna de las numerosas áreas de servicio (gasolineras) disponibles en la zona sin descartar tampoco la ya clásica, y eficaz, combinación de desidia e ineptitud.
2 comentarios:
Parece una broma de mal gusto.
Me niego a aceptar que no merezcamos algo más.
Saludos.
DESOLACIÓN, es la única sensación que produce esa muestra del ministerio de Fomento. ¿ O es el de Turismo?
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