No es fácil generar ilusión hacia el ideal europeista, pero la campaña que está desarrollando el gobierno español en favor de la Constitución Europea resulta sonrojante. A la lista de figuras que encabezan su publicidad (Butragueño, Cruyff, Luis del Olmo) acaba de incluir nada menos que a Terelu Campos, otra destacada creadora de opinión en nuestro país. Va así quedando claro que los objetivos de la campaña no son otros que los futboleros y las marujas. Por otra parte, se ha sabido que las grandes empresas españolas (Telefónica, Iberia, los grande bancos, las grandes empresas eléctricas; en una palabra, los de siempre) solicitan también el voto afirmativo a la Constitución, lo que a mí personalmente me mosquea. Muy rara vez encuentro que los intereses de dichas macroempresas coinciden con los míos. Como europeista convencido que soy desde hace muchos años (a pesar de los múltiples defectos de forma y de fondo que sufre el proceso de construcción europea), me veo yendo a votar con la nariz bien tapada y los ojos cerrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario