Antes o después, lo insostenible acaba cayendo por su propio peso.
Sooner or later, the unsustainable ends up falling under its own weight.
jueves, enero 31, 2013
martes, enero 29, 2013
Materia prima, Francesc Serés
Aunque centrada en el ámbito catalán, Materia prima vendría a ser una radiografía, a través de las relaciones laborales, de la sociedad española. Esa misma que permanecía oculta tras los destellos de neón de los indicadores económicos, los mismos que no hace tanto tiempo proyectaban el supuesto éxito de nuestro país hacia los cuatro puntos cardinales y que acabarían por cegar a los propios españoles.
Concebida y escrita antes de la actual crisis, en Materia prima se trasluce ya su caldo de cultivo: las carencias (el joven que prioriza el trabajo en la obra sobre los estudios), la falta de escrúpulos (la globalización como coartada para deslocalizar la producción en busca de sueldos siempre más bajos y mayores beneficios despreciando la experiencia adquirida y los intereses patrios), el individualismo rampante (la competitividad despiadada entre compañeros de trabajo de cuello blanco), la ausencia de solidaridad (los trabajadores despedidos en la factoría son rápidamente olvidados por los afortunados que conservan sus puestos de trabajo); factores todo ellos que a la postre lastrarían la supuesta etapa de abundancia y que acabaría por desembocar en la actual hemorragia.
Además de situarnos ante el espejo, de recordarnos que en absoluto somos tan guapos como un día quisimos pensar, en última instancia Materia prima nos confronta con las exigencias por la supervivencia, esto es por aspirar a una vida digna, en un mundo cada vez más deshumanizado. Una aspiración básica, simple en apariencia, que sin embargo, día a día, adquiere tintes cada vez más épicos.
Concebida y escrita antes de la actual crisis, en Materia prima se trasluce ya su caldo de cultivo: las carencias (el joven que prioriza el trabajo en la obra sobre los estudios), la falta de escrúpulos (la globalización como coartada para deslocalizar la producción en busca de sueldos siempre más bajos y mayores beneficios despreciando la experiencia adquirida y los intereses patrios), el individualismo rampante (la competitividad despiadada entre compañeros de trabajo de cuello blanco), la ausencia de solidaridad (los trabajadores despedidos en la factoría son rápidamente olvidados por los afortunados que conservan sus puestos de trabajo); factores todo ellos que a la postre lastrarían la supuesta etapa de abundancia y que acabaría por desembocar en la actual hemorragia.
Además de situarnos ante el espejo, de recordarnos que en absoluto somos tan guapos como un día quisimos pensar, en última instancia Materia prima nos confronta con las exigencias por la supervivencia, esto es por aspirar a una vida digna, en un mundo cada vez más deshumanizado. Una aspiración básica, simple en apariencia, que sin embargo, día a día, adquiere tintes cada vez más épicos.
Si lo deseas, puedes leer la reseña completa en el último número de la revista digital de arte y pensamiento espacioluke
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España,
Literatura,
Realidad
sábado, enero 26, 2013
Tabú, de Miguel Gomes
Hoy y ayer, Lisboa y Mozambique, vejez y juventud...
Tabú es una película de contrastes:
áspera y sensual
inmediata y evocadora
cruda y exhuberante
Tabú es una película de contrastes:
áspera y sensual
inmediata y evocadora
cruda y exhuberante
Una parábola, ya desde el ocaso, sobre el paraíso perdido: terrenal y sentimental.
Sobre el paso del tiempo que no todo lo cura.
Sobre los distintos tipos de colonialismo y sus perdurables consecuencias.
Pero Tabú es ante todo una película compleja que apuesta por el riesgo formal y que triunfa en el empeño.
miércoles, enero 23, 2013
Poniendo rostro a nuestro Berlusconi
Desde hace ya un tiempo, por la cuenta que nos trae, los españoles miramos de reojo a cuanto acontece en Grecia y también en Portugal, tratando de atisbar en dichos países cuál puede ser el escenario que aguarda a nuestro país en caso de que las cosas se tuerzan definitivamente. Sin embargo, mi intuición me dice que haríamos muy bien también en analizar cuanto ocurrió en Italia en los años noventa dado que la situación de España hoy ofrece muchos paralelismos con aquélla.
En los años noventa en Italia quebró el sistema de partidos que habían sostenido la democracia –siempre vigilada, a fin de evitar el acceso del poderoso Partido Comunista Italiano al poder- en aquel país desde el fin de la II Guerra Mundial. La corrupción acumulada por los pocos partidos que durante décadas se repartieron el poder -en especial la Democracia Cristiana, pero también el Partido Socialista- se hizo insoportable y amenazaba con derribar el edificio entero. Al fenómeno se lo denominó tangentopolis (las tangentes eran las comisiones que se pagaban a los partidos por cualquier contrato que desde cualquier ámbito de gobierno se concedía al sector privado y cuyo destino se perdía de inmediato).
Lo que destapó el entramado fue la acción de la justicia italiana -puede que también el temor a que el descrédito lanzara al país en brazos de los comunistas que permanecían como un partido puro en comparación- que, pese a las presiones, demostró un alto grado de independencia. Su campaña para desenmascarar la corrupción fue denominada: mani pulite (manos limpias). El fenómeno acabó con el derrumbe de la sempiterna Democracia Cristiana Italiana y del Partido Socialista –su líder, Bettino Craxi, acabaría exiliado en el Túnez del dictador Ben Ali, recientemente huido de su país, hasta antes de ayer miembro destacado, al igual que Craxi, de la Internacional Socialista-.
El descrédito acumulado por la tradicional clase política italiana abrió el paso a los advenedizos y de entre ellos surgió la figura de Silvio Berlusconi –íntimo, por cierto, de Bettino Craxi a cuya sombra habían prosperado sus negocios- al frente de su nuevo partido, Forza Italia, que a la postre serviría de banderín de enganche para amplios sectores de la población italiana. Lo que vino después ya lo sabemos pues ha sido portada de periódicos hasta hace muy poco tiempo.
En mi opinión, la partitocracia española, en acelerado proceso de bunkerización a fin de contener de puertas afuera la inmensa corrupción que anida en su seno, amenaza derrumbe. Pensemos que la democracia italiana es treinta años más vieja que la española –ambos países emergían del fascismo-, por ello nos llevan un poco de ventaja en eso de triturar sistemas democráticos. La clave, ahora, en España está en la judicatura. Si se investiga a fondo y se abre la caja de los truenos, la partitocracia española se hundirá. El problema es que sostener como sea un sistema podrido es una alternativa aún peor. La regeneración no es posible, ni creíble, por parte de los mismos que están pringados hasta las cejas y resulta muy difícil renunciar a unas formas de hacer fraudulentas que tantos beneficios les han reportado.
Las sociedades de los países del sur de Europa deberían plantarse de una vez frente al espejo y cuestionarse a fondo, sin trampas, sin atajos, sin excusas, cuáles pueden ser las razones que parecen inhabilitarles para la práctica democrática, para el sostenimiento de un estado de derecho relativamente sano, para evitar subvertir las prácticas democráticas siempre en el beneficio de unos pocos. ¿Por qué nos dotamos de un sistema formalmente beneficioso que sin embargo acto seguido nos apresuramos a vacíar de contenido hasta dejarlo en una mera carcasa sin sustancia a la que encima se pretende que sigamos rindiendo culto como si estuviera llena de contenido?
Es muy posible, por tanto, que en España –como ya se advierte desde muchos medios- también quede pronto expedito el camino a los populistas y salvapatrias. El riesgo es evidente y las alarmas parecen a punto de saltar, tan solo falta la chispa. En tal caso me pregunto cómo sería el Berlusconi español y, francamente, da miedo. Yo, a bote pronto, me lo imagino así como una mezcla entre Jesús Gil, Mario Conde, Esperanza Aguirre y José Bono. Para echarse a temblar, ¿no? Si al menos se tratara solo de un cuento de terror pero no, parece que esta vez va en serio... ¿O estamos aún a tiempo de evitarlo?
En los años noventa en Italia quebró el sistema de partidos que habían sostenido la democracia –siempre vigilada, a fin de evitar el acceso del poderoso Partido Comunista Italiano al poder- en aquel país desde el fin de la II Guerra Mundial. La corrupción acumulada por los pocos partidos que durante décadas se repartieron el poder -en especial la Democracia Cristiana, pero también el Partido Socialista- se hizo insoportable y amenazaba con derribar el edificio entero. Al fenómeno se lo denominó tangentopolis (las tangentes eran las comisiones que se pagaban a los partidos por cualquier contrato que desde cualquier ámbito de gobierno se concedía al sector privado y cuyo destino se perdía de inmediato).
Lo que destapó el entramado fue la acción de la justicia italiana -puede que también el temor a que el descrédito lanzara al país en brazos de los comunistas que permanecían como un partido puro en comparación- que, pese a las presiones, demostró un alto grado de independencia. Su campaña para desenmascarar la corrupción fue denominada: mani pulite (manos limpias). El fenómeno acabó con el derrumbe de la sempiterna Democracia Cristiana Italiana y del Partido Socialista –su líder, Bettino Craxi, acabaría exiliado en el Túnez del dictador Ben Ali, recientemente huido de su país, hasta antes de ayer miembro destacado, al igual que Craxi, de la Internacional Socialista-.
El descrédito acumulado por la tradicional clase política italiana abrió el paso a los advenedizos y de entre ellos surgió la figura de Silvio Berlusconi –íntimo, por cierto, de Bettino Craxi a cuya sombra habían prosperado sus negocios- al frente de su nuevo partido, Forza Italia, que a la postre serviría de banderín de enganche para amplios sectores de la población italiana. Lo que vino después ya lo sabemos pues ha sido portada de periódicos hasta hace muy poco tiempo.
En mi opinión, la partitocracia española, en acelerado proceso de bunkerización a fin de contener de puertas afuera la inmensa corrupción que anida en su seno, amenaza derrumbe. Pensemos que la democracia italiana es treinta años más vieja que la española –ambos países emergían del fascismo-, por ello nos llevan un poco de ventaja en eso de triturar sistemas democráticos. La clave, ahora, en España está en la judicatura. Si se investiga a fondo y se abre la caja de los truenos, la partitocracia española se hundirá. El problema es que sostener como sea un sistema podrido es una alternativa aún peor. La regeneración no es posible, ni creíble, por parte de los mismos que están pringados hasta las cejas y resulta muy difícil renunciar a unas formas de hacer fraudulentas que tantos beneficios les han reportado.
Las sociedades de los países del sur de Europa deberían plantarse de una vez frente al espejo y cuestionarse a fondo, sin trampas, sin atajos, sin excusas, cuáles pueden ser las razones que parecen inhabilitarles para la práctica democrática, para el sostenimiento de un estado de derecho relativamente sano, para evitar subvertir las prácticas democráticas siempre en el beneficio de unos pocos. ¿Por qué nos dotamos de un sistema formalmente beneficioso que sin embargo acto seguido nos apresuramos a vacíar de contenido hasta dejarlo en una mera carcasa sin sustancia a la que encima se pretende que sigamos rindiendo culto como si estuviera llena de contenido?
Es muy posible, por tanto, que en España –como ya se advierte desde muchos medios- también quede pronto expedito el camino a los populistas y salvapatrias. El riesgo es evidente y las alarmas parecen a punto de saltar, tan solo falta la chispa. En tal caso me pregunto cómo sería el Berlusconi español y, francamente, da miedo. Yo, a bote pronto, me lo imagino así como una mezcla entre Jesús Gil, Mario Conde, Esperanza Aguirre y José Bono. Para echarse a temblar, ¿no? Si al menos se tratara solo de un cuento de terror pero no, parece que esta vez va en serio... ¿O estamos aún a tiempo de evitarlo?
sábado, enero 19, 2013
La noche más oscura / Zero Dark Thirty
Entré en el el cine con prevenciones; no ya por el precio de la entrada: 8,50 euros, que también, sino porque temía toparme con algún panegírico o documento de exaltación, aunque fuera sutil, poco explícito, de la misión redentora de Estados Unidos en el mundo, si bien lo poco que había leído de la película parecía descartar esa posibilidad.
Mis temores no se vieron confirmados, al contrario. La noche más oscura apela a la mejor tradición del periodismo norteamericano: exposición rigurosa de los hechos huyendo de la tentación de interpretarlos. Dejar que estos hablen por sí solos y que de su posible interpretación, si ha lugar, se encargue el lector -o espectador, en este caso-. Aún más, la película de Kathryn Bigelow huye de las emociones, de cualquier atisbo de sentimentalismo -una mención a la eficaz banda sonora de Andre Desplat que sortea la tentación de la exaltación-, pero consigue que su frialdad aparente se torne en una ventaja. Porque el resultado es un thriller descomunal, que te mantiene pegado al asiento durante sus más de dos horas y media de metraje. Una tensión acentuada por la sensación de reconocer como ajustados a la verdad -que tampoco quiere decir que lo sean- los hechos que en ella se narran.
A diferencia de lo que sucede en tantos otros thrillers, el hilo argumental resulta inteligible. El espectador no queda mareado ante la sucesión de nombres que no logra asociar a los personajes. La progresión dramática resulta impecable, así también su realización y puesta en escena. La perspectiva que ofrece del espionaje estadounidense en el exterior -dura, fría, descarnada- resulta creíble y no parece guardarse ases en la manga.
Otros aspectos que me llamaron la atención fueron: un casting de actores y actrices -a excepción de Jessica Chastain y James Gandolfini, éste en un papel muy marginal- poco conocidos; el papel relevante jugado por las mujeres, desde puestos poco lucidos, en el espionaje norteamericano y el interés de Bigelow por mostrarnos a musulmanes alineados en el lado "bueno" de la guerra.
Según La noche más oscura, la caza y asesinato de Bin Laden fue más el producto del tesón y de la intución -una cualidad comunmente asociada a la mujer- personal que de la eficacia que se le supone a un entramado de poder que, pese a sus formidables medios, por su propio peso y dinámica interna parece tender más bien a la esclerosis. Al mostrar con crudeza los hechos, la película deja asimismo un reguero de inquietantes preguntas.
Mis temores no se vieron confirmados, al contrario. La noche más oscura apela a la mejor tradición del periodismo norteamericano: exposición rigurosa de los hechos huyendo de la tentación de interpretarlos. Dejar que estos hablen por sí solos y que de su posible interpretación, si ha lugar, se encargue el lector -o espectador, en este caso-. Aún más, la película de Kathryn Bigelow huye de las emociones, de cualquier atisbo de sentimentalismo -una mención a la eficaz banda sonora de Andre Desplat que sortea la tentación de la exaltación-, pero consigue que su frialdad aparente se torne en una ventaja. Porque el resultado es un thriller descomunal, que te mantiene pegado al asiento durante sus más de dos horas y media de metraje. Una tensión acentuada por la sensación de reconocer como ajustados a la verdad -que tampoco quiere decir que lo sean- los hechos que en ella se narran.
A diferencia de lo que sucede en tantos otros thrillers, el hilo argumental resulta inteligible. El espectador no queda mareado ante la sucesión de nombres que no logra asociar a los personajes. La progresión dramática resulta impecable, así también su realización y puesta en escena. La perspectiva que ofrece del espionaje estadounidense en el exterior -dura, fría, descarnada- resulta creíble y no parece guardarse ases en la manga.
Otros aspectos que me llamaron la atención fueron: un casting de actores y actrices -a excepción de Jessica Chastain y James Gandolfini, éste en un papel muy marginal- poco conocidos; el papel relevante jugado por las mujeres, desde puestos poco lucidos, en el espionaje norteamericano y el interés de Bigelow por mostrarnos a musulmanes alineados en el lado "bueno" de la guerra.
Según La noche más oscura, la caza y asesinato de Bin Laden fue más el producto del tesón y de la intución -una cualidad comunmente asociada a la mujer- personal que de la eficacia que se le supone a un entramado de poder que, pese a sus formidables medios, por su propio peso y dinámica interna parece tender más bien a la esclerosis. Al mostrar con crudeza los hechos, la película deja asimismo un reguero de inquietantes preguntas.
jueves, enero 17, 2013
Mirar al cielo
Cuando a ras del suelo la realidad se torna insufrible,
por suerte aún nos queda una opción
levantar la vista
y mirar al cielo.
Pero date prisa por si acaso
no vaya ser que pronto te cobren un euro por hacerlo
o de las nubes hagan envoltorio
para la última campaña de publicidad
martes, enero 15, 2013
Un país enfermo
-En España, enfermamos por encima de nuestras posibilidades- sentenció la ministra de Sanidad al explicar en rueda de prensa los recortes aplicados en su departamento. Tras su declaración, la ministra no admitió preguntas por parte de los periodistas.
Lamentos de Secano Press
-In Spain, we get sick beyond our means- sentenced the Health Secretary justifying at a press conference the severe budget cuts applied by her department. After the declaration, she did not admit questions from the journalists.
Lamentos de Secano Press
domingo, enero 13, 2013
De Via Crucis con Iberdrola
No es ya el constante aumento del recibo de la electricidad, el galimatías que representa la factura, el no saber a ciencia cierta qué diablos estás pagando, el que se te cobre en función de lecturas estimadas –gracias, por cierto, a la actuación del ministro socialista Miguel Sebastián- de modo que en casa hace años que pagamos en función de los hábitos de consumo de los anteriores inquilinos, disparatados en comparación a los nuestros, dado que la medida se aprobó al poco de cambiarnos de casa. Y, en fin, tampoco es el que casi por casualidad te enteras, transcurridos más de dos años, que en cierta ocasión no se te devolvió la diferencia entre lo que habías pagado por una factura estimada y la posterior factura real –entonces uno se pregunta: si en esa ocasión no te habían abonado la diferencia, ¿cuál es tu certeza de que sí lo han hecho en las otras?-.
Pues no, el auténtico via crucis comenzó cuando decidimos dejar de domiciliar los pagos en el banco para encargarnos de hacerlos nosotros cada mes. Dentro de la visión de que nuestro poder reside en nuestra capacidad como consumidores, y ante la burla a la que nos vemos sometidos por parte de las entidades financieras con la cooperación necesaria del gobierno de turno, decidimos llegado el momento de reducir nuestra dependencia, o al menos de revisar ciertos automatismos, respecto de los bancos. Además, al pagar nosotros la cuenta cada mes tomábamos mayor conciencia de nuestros hábitos de consumo de electricidad.
Pero he aquí que fue comunicárselo a Iberdrola y dejar de recibir las facturas cada mes en nuestro buzón, no importa cuántas llamadas hayamos hecho –y son muchas- desde entonces a fin de notificarles dicha circunstancia. Algo sorprendente ya que hasta entonces cada mes habíamos recibido la factura con puntualidad británica. Claro que eso no es nada comparado con las trabas que nos hemos encontrado a la hora de hacer efectivo el pago en el banco: procedimientos de una complejidad endiablada en el cajero automático previa notificación por teléfono de un sin fin de claves y números de referencia por parte de la compañía, horas restringidas para hacer efectivo el pago en ventanilla –únicamente martes y jueves entre las nueve y las diez de la mañana, esto es dos horas a la semana-, la antipatía o desidia de muchos empleados bancarios a quienes parece molestar sobremanera que no domicilies las facturas y, por tanto, numerosos viajes en balde de aquí para allá con la consiguiente frustración y las inevitables llamadas al teléfono del cliente de Iberdrola –un 902, cómo no, al que has de llamar incluso si lo que quieres es darles la lectura del contador para que te cobren el consumo real en lugar del estimado, esto es te cobran hasta por hacerles su trabajo-.
A estas alturas no tenemos ninguna duda de que a Iberdrola –y a los bancos- les fastidia muchísimo que decidas dejar de domiciliar los recibos para pagarlos tú personalmente –no es que quiera dar ideas- y procuran hacerte la vida imposible a fin de que cambies de opinión. En nuestro caso, al menos por el momento, están consiguiendo justo lo contrario.
Para terminar, adjunto el enlace a la web de un ingeniero industrial jubilado: estafalaluz, al que Endesa denunció –el juez ha desestimado recientemente la denuncia- por hacer pública una estafa generalizada a los usuarios/as por parte de dicha compañía eléctrica-. En la web se explica en qué consiste dicha estafa y se ayuda a los estafados a efectuar las reclamaciones oportunas. Desde luego, más gente así es lo que este país necesita. La prueba es que van a por ellos sin contemplaciones –la compañía basó su denuncia en que había calificado de “corsarios” a sus directivos-.
¡Empoderamiento ciudadano, ya!
Pues no, el auténtico via crucis comenzó cuando decidimos dejar de domiciliar los pagos en el banco para encargarnos de hacerlos nosotros cada mes. Dentro de la visión de que nuestro poder reside en nuestra capacidad como consumidores, y ante la burla a la que nos vemos sometidos por parte de las entidades financieras con la cooperación necesaria del gobierno de turno, decidimos llegado el momento de reducir nuestra dependencia, o al menos de revisar ciertos automatismos, respecto de los bancos. Además, al pagar nosotros la cuenta cada mes tomábamos mayor conciencia de nuestros hábitos de consumo de electricidad.
Pero he aquí que fue comunicárselo a Iberdrola y dejar de recibir las facturas cada mes en nuestro buzón, no importa cuántas llamadas hayamos hecho –y son muchas- desde entonces a fin de notificarles dicha circunstancia. Algo sorprendente ya que hasta entonces cada mes habíamos recibido la factura con puntualidad británica. Claro que eso no es nada comparado con las trabas que nos hemos encontrado a la hora de hacer efectivo el pago en el banco: procedimientos de una complejidad endiablada en el cajero automático previa notificación por teléfono de un sin fin de claves y números de referencia por parte de la compañía, horas restringidas para hacer efectivo el pago en ventanilla –únicamente martes y jueves entre las nueve y las diez de la mañana, esto es dos horas a la semana-, la antipatía o desidia de muchos empleados bancarios a quienes parece molestar sobremanera que no domicilies las facturas y, por tanto, numerosos viajes en balde de aquí para allá con la consiguiente frustración y las inevitables llamadas al teléfono del cliente de Iberdrola –un 902, cómo no, al que has de llamar incluso si lo que quieres es darles la lectura del contador para que te cobren el consumo real en lugar del estimado, esto es te cobran hasta por hacerles su trabajo-.
A estas alturas no tenemos ninguna duda de que a Iberdrola –y a los bancos- les fastidia muchísimo que decidas dejar de domiciliar los recibos para pagarlos tú personalmente –no es que quiera dar ideas- y procuran hacerte la vida imposible a fin de que cambies de opinión. En nuestro caso, al menos por el momento, están consiguiendo justo lo contrario.
Para terminar, adjunto el enlace a la web de un ingeniero industrial jubilado: estafalaluz, al que Endesa denunció –el juez ha desestimado recientemente la denuncia- por hacer pública una estafa generalizada a los usuarios/as por parte de dicha compañía eléctrica-. En la web se explica en qué consiste dicha estafa y se ayuda a los estafados a efectuar las reclamaciones oportunas. Desde luego, más gente así es lo que este país necesita. La prueba es que van a por ellos sin contemplaciones –la compañía basó su denuncia en que había calificado de “corsarios” a sus directivos-.
¡Empoderamiento ciudadano, ya!
viernes, enero 11, 2013
El saqueo de España / The plunder of Spain
El saqueo de España tiene más variantes que el ajedrez y más sucursales que una caja de ahorros en plena burbuja inmobiliaria.
The plunder of Spain knows more variants than chess and has more branches than a savings bank at the peak of a real estate bubble.
The plunder of Spain knows more variants than chess and has more branches than a savings bank at the peak of a real estate bubble.
Go on, take the money and run
Venga, coge el dinero y corre
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martes, enero 08, 2013
Si la realidad no cambia, al menos hazlo tú
La pasada semana me di de baja de Telefónica. Coincidiendo con el fichaje de Rodrigo Rato como asesor por parte de la compañía que él mismo provatizó supe que ésta también había fichado en su día a Narcís Serra, quien fuera ministro de Defensa con Felipe González y, más recientemente, presidente de Catalunya Caixa, caja de ahorros quebrada por su temeraria exposición al ladrillo y que desde entonces ha recibido ingentes cantidades de dinero público. Por no hablar de los años que Telefónica tuvo en nómina a Iñaki Urdangarín.
Por alguna extraña razón, se ve que destrozar cajas de ahorros lleva aparejado un suculento premio con Telefónica. Pero esta vez, además de quejarnos, sí podemos hacer algo: afear a dicha compañía su política de fichajes. Nuestro poder hoy en día residen más en nuestra capacidad como consumidores que como votantes. Sigo pensando que, hoy por hoy, nuestra única esperanza reside en la emergencia como actor de una ciudadanía activa, comprometida, solidaria, coordinada, exigente, participativa. Así es que a partir de ahora dejaré que me sablee la competencia. Por cierto, a precios más ventajosos que los que ofrece Movistar.
La foto está tomada el día 6 de enero y muestra a Madrid -más bien la capa de contaminación que la envuelve- desde la distancia. Resulta que la Comisión Europea ha prolongado el plazo para que la capital de España reduzca sus niveles de contaminación. !Cómo si hubiera hecho algo al respecto durante todo este tiempo! Recordemos que la concejala de Medio Ambiente en los últimos años fue Ana Botella, cuya inoperancia e ineptitud se vio recompensada con la obtención de la alcaldía sin necesidad de presentarse a las elecciones como cabeza de lista.
Y, bueno, este blog ha alcanzado las 50.000 visitas. Contando con que una 45.000 serán de un servidor; bueno, a lo mejor he exagerado un poco-, aún quedan unas 5.000 por adjudicar. No tengo clara la utilidad del esfuerzo que supone, no ya alimentar el blog, sino esforzarme en atraer visitantes. Pero, bueno, no deja de ser un pequeño hito. Pernsé que merecía la pena hacerlo constar.
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miércoles, enero 02, 2013
Balance de otro año atípico
FUTURO
Tanto elucubrar acerca del futuro y resultó que ahí mismito estaba, bastaba apenas con girarse, con dar media vuelta.
ACÉRRIMO CONSTITUCIONALISTA
Le abrió la cabeza al golpearle con un ejemplar de la Constitución Española.
CLASES
Un poco a destiempo quizás, España descubrió que en Europa aún hay clases.
GLOBALIZACIÓN
La globalización es un traje confeccionado a la medida del capital para el que los políticos en el poder ejercieron de sastre.
SERVIDORES
Elegimos a servidores públicos al servicio de intereses privados.
Si lo deseas, puedes leer el balance completo del año pinchando en el enlace de agitadoras, la revista digital de agitación cooltural.
Tanto elucubrar acerca del futuro y resultó que ahí mismito estaba, bastaba apenas con girarse, con dar media vuelta.
ACÉRRIMO CONSTITUCIONALISTA
Le abrió la cabeza al golpearle con un ejemplar de la Constitución Española.
CLASES
Un poco a destiempo quizás, España descubrió que en Europa aún hay clases.
GLOBALIZACIÓN
La globalización es un traje confeccionado a la medida del capital para el que los políticos en el poder ejercieron de sastre.
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Elegimos a servidores públicos al servicio de intereses privados.
Si lo deseas, puedes leer el balance completo del año pinchando en el enlace de agitadoras, la revista digital de agitación cooltural.
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