sábado, marzo 29, 2014

Especie en vías de expansión / Expanding species

Aseguraba el zoólogo que el autoritario travestido de demócrata constituía una especie en vías de expansión.


The zoologist ensured that the authoritarian transvestite of democrat was an expanding species.

miércoles, marzo 26, 2014

Contradicciones / Contradictions

¿Qué sería de nosotros sin nuestras contradicciones?


What would we be without our contradictions?

domingo, marzo 23, 2014

5 reflexiones ante la muerte de Adolfo Suárez


¿acaso no debería darnos que pensar que el hombre que protagonizó la Transición acabara perdiendo la memoria?, ¿cabe una metáfora más literal respecto a la trayectoria del país?

no hemos visto a un Suárez ex-presidente ejerciendo de consejero de grandes empresas del Ibex, ni del Consejo de Estado, a un Suárez que se posiciona ante asuntos propios del posterior curso de los acontecimientos; ello ha contribuido también a que su aura no sufra desgaste y a evitarse la presencia de un personaje potencialmente muy incómodo

a ese hombre al que todos abandonaron hasta hacerle callar ahora, en la hora de su muerte, le crecen los ventrílocuos

el papel que parece destinarle la historia oficial es el de héroe épico de la Transición -casi un mártir-, cuyo cruel sacrificio político y humano fue el peaje político a pagar por el país para poder circular por la autopista de la libertad

son muchos los ciudadanos que, no obstante, siguen viajando -por necesidad o como opción- por carreteras secundarias



jueves, marzo 20, 2014

Iñaki Azkuna

Falleció el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. Su legado deja un poco más próximo el objetivo de declarar a los bilbainos y bilbainas patrimonio de la humanidad. La decisión última, en manos de la UNESCO.


lunes, marzo 17, 2014

Disculpen las molestias / Sorry for the inconvenience

Debido a un imprevisto he tenido que ausentarme. Estaré de vuelta tan pronto como me sea posible.

Disculpen las molestias.


Due to unforeseen circumstances I had to leave. I´ll be back as soon as posible.

Sorry for the inconvenience 

viernes, marzo 14, 2014

Incendios, Richard Ford

Publicada originalmente en 1990, Incendios –la traducción literal de su título original: Wildlife, sería Vida salvaje- es una de las obras menos conocidas del ya veterano escritor norteamericano Richard Ford. Una novela corta que retrata la historia de una crisis, el proceso de extrañamiento que sufren los tres miembros de una familia cuando de forma abrupta todo aquello que hasta entonces se daba por sentado se torna imprevisible, incierto.

La disolución de los lazos familiares es vista a través de los ojos del hijo, un adolescente sensible y taciturno, lo que potencia la sensación de desvalimiento dada la frialdad emocional –tan anglosajona- de la que es objeto por parte de sus progenitores y su falta de recursos a la hora de tratar de comprender los mecanismos que rigen sus motivaciones, sus actos. La historia tiene, en este sentido, un componente claro de novela de formación   

Se trata de una familia de clase media-baja, sin raíces, nómada, para cuyos miembros todo destino ofrece un carácter provisional, habituados a vivir en casas alquiladas, impersonales, en localidades intercambiables del remoto y poco sofisticado Noroeste americano, acostumbrados a empezar desde cero y a confiar en su capacidad de improvisación para salir adelante.

Personajes pequeños, sencillos, de aquellos que pueblan la micro-historia, cuyas expectativas están siempre más allá de la realidad: el padre da clases de golf, un deporte al que no pudo dedicarse profesionalmente por falta de aptitud física, y el hijo, cuyo carácter es más bien indolente, aspira a estudiar en la exclusiva y elitista universidad de Harvard. Seres frágiles, extraviados, a merced de los acontecimientos, de circunstancias a menudo injustas y, en especial, de sus propias carencias.

La historia transcurre con el trasfondo de un gigantesco incendio declarado en las montañas que motiva una breve ausencia por parte del padre durante la cual se desencadenan los acontecimientos y que sirve como metáfora, como contrapunto al otro: al incendio en escala que se ha declarado en la familia. Sin embargo la pequeña tragedia, en apariencia, se ve engrandecida por la sensación de vulnerabilidad que transmite al lector, ante la cual resulta difícil no reconocerse.

La figura del empresario del que se enamora la madre representa, además de una tabla de salvación ante la precariedad a la que parece condenarle su marido, la encarnación de todo aquello de lo que ellos carecen: seguridad material, bagaje, influencia, arraigo…

La historia, narrada desde el punto de vista del hijo, refleja con acierto la inseguridad que se cierne sobre él, que nubla su futuro ya de por sí precario; su rabia y frustración ante las circunstancias y su desconcierto dada su incapacidad para reaccionar ante una situación que no ofrece culpables más allá de una colección de sombras que se despliegan a su alrededor.  Es su vulnerabilidad, su impotencia, ante la que nos reconocemos y la que nos conmueve.

El estilo de Ford se sustenta en un naturalismo sobrio, minucioso, contenido. Destaca su capacidad para los diálogos, trufados de pequeñas afirmaciones sobre la vida, al modo de “máximas de bolsillo”, que tanto el padre como la madre dedican a su hijo como si ello pudiera contribuir a aminorar su desamparo y prepararle para la vida y que, a la postre, resultan reveladoras para conocer sus motivaciones.

Una novela, en definitiva, de apariencia menor en la obra de Richard Ford que en absoluto merece caer en el olvido.




miércoles, marzo 12, 2014

domingo, marzo 09, 2014

FUTBOL 4 - CULTURA 1

TITULARES DEL DOMINGO CULTURAL ESPAÑOL


"Un hat-trick de Quevedo aúpa al Atlético Simbolista al frente de la clasificación."

"Góngora y Garcilaso, este último con molestias, dudas para el partido de vuelta".

"Cortázar supo leer el partido. Los cambios fueron determinantes."

"Unamuno vuelve a marcar de cabeza. El Pichichi, más cerca."

"El realismo mágico funciona mejor con el doble pivote."

"La temprana expulsión de Borges -por juego duro- condicionó la marcha del partido."

"Séneca aún confía en la remontada."

"El juego permaneció veinte minutos interrumpido. Radicales del Positivismo lanzaron una bengala al campo".

"Proust no estaba en fuera de juego."

"Platón se sincera: Fue penalti. Abrí el libro con el pie."

jueves, marzo 06, 2014

De paseo por la ciudad que murió de éxito - Reseña

A caballo entre el diario y el anecdotario, inspirado por ese hibridaje tan posmoderno pero a la vez tan necesario de mucha escritura actual, De paseo por la ciudad que murió de éxito es el volumen que, dedicado a Nueva York, Sergio Sánchez-Pando publicó hace unos meses en la madrileña Eutelequia. Necesitaba encontrar un rato para leerlo con calma. Un "rato de calidad", como dicen los cursis.

Y me he encontrado con un libre breve, intenso y releíble. Son noventa páginas y cincuenta fragmentos. Lo de la relegibilidad es más difícil de explicar. Pero como soy un crítico audaz lo intentaré.

La primera prueba es puramente física: dejé el volumen sobre el escritorio cuando lo terminé y, ahora que estoy enjaretando esta reseña, pruebo a abrirlo de nuevo por donde caiga. Releo el fragmento. Por ejemplo, "Mareados en un taxi". Aquí Sánchez-Pando nos cuenta el malestar estomacal que le provoca la conducción incivilizada de los famosos coches amarillos. Y de pronto aparece en el último párrafo Gelsomina, su pareja en el libro. Y todo adquiere un aire familiar. Recordamos sus derivas sentimentales, su vagabundeo por la ciudad, su buscarse la vida. Como si un amigo nos volviera a contar una vieja anécdota que, sin embargo, sigue tan fresca que ilustra por sí sola toda una época de su vida...


Si lo deseas, puedes leer la reseña completa en el último número de la revista digital de arte y pensamiento espacioluke
   

lunes, marzo 03, 2014

Taipei, de Tao Lin

A alguien que titula “Richard Yates” su segunda novela sabía que antes o después acabaría leyéndolo. No en vano uno siente debilidad por el escritor de Yonquers. He aguardado hasta la publicación de Taipei, la novela que la crítica ha saludado como la confirmación del talento del joven escritor norteamericano de origen chino, Tao Lin, publicada en España por la editorial Alpha Decay, para ponerme a ello.

Si bien aún no he despejado la curiosidad por conocer cómo fue que se le ocurrió el título de su segunda novela, si algo veo en común, tras leer Taipei, entre el autor de Vía Revolucionaria y Tao Lin es una aureola de malditismo y una visión cruda, amarga, de la existencia, dada la presunta incapacidad de sus personajes para empatizar en el plano emocional con otros seres humanos, y cierta querencia, asumida en mayor o en menor medida, por los impulsos autodestructivos.

Taipei es la historia –cabe suponer que con un fuerte componente autobiográfico- de un joven escritor llamado Paul cuya vida en la ciudad de Nueva York transcurre sin horarios ni obligaciones durante largos periodos, más allá de asistir a las charlas de presentación de su libro en diversas ciudades de Estados Unidos. Incluye también la breve visita que, acompañado de su novia, efectúa a sus padres en la ciudad que da título a la novela.

De la mano de Paul, de sus amigos y ligues, conocemos a una juventud privilegiada y sin embargo alienada, nihilista e inmadura, entregada a una cultura de la transgresión basada en el constante consumo de drogas. Seres ombliguistas, aislados pese a hacerse compañía, fascinados por la tecnología de la comunicación pero sin nada sustancial que comunicar, castrados emocionalmente e incapacitados para forjar relaciones estables, para expresar y plasmar sus sentimientos.


Taipei es una novela autorreferencial –esa a la que pertenece Paul es una juventud sin referencias, salvo las propias-, autobiográfica, aunque escrita en tercera persona. Alterna monólogos ensimismados, dados a la auto-observación, escritos con frases largas para lo que se estila en inglés, un tanto trabajosas, en ocasiones confusas, fiel reflejo de la disipación mental de su protagonista, con diálogos fugaces que parecen atravesar a sus interlocutores y que nunca parecen llegar a lado alguno. Es su concepción, en base a breves escenas, la que dota de cierta agilidad al conjunto.

La novela apenas ofrece referencias culturales –su formato no es pop- y tampoco tiene banda sonora. La libertad de horarios de la que goza el protagonista le lleva a vivir a su ritmo, o al de sus altos y bajos, sin preocuparle que sea de día o de noche. Su vida transcurre en gran medida en lugares cerrados, lo que alimenta cierta sensación de claustrofobia. La austeridad formal junto al extremo estilo de vida de Paul y la longitud de la novela –habrá quien piense que le sobran páginas- hacen de su lectura una experiencia un tanto ardua, de correosa digestión.  

Taipei es una obra compleja, contradictoria, siempre a caballo entre la comunicación y la incomunicación –en una escena Paul y sus amigos acuden a una sala de cine y se sientan por separado para enviarse mensajes por el móvil; incapaces de adoptar una actitud pasiva, no aguantan sentados ni media hora-, cruda, no divertida de leer, pero contemporánea, estilosa –eso que algunos califican como “hip”-, que deja cierto poso, o quizás sería más preciso decir resaca.

Se percibe por parte de ciertos sectores de la industria editorial un esfuerzo –a tal fin se ha acuñado la etiqueta Alt Lit- por convertir a Tao Lin en un referente, en portador actualizado en la era virtual del espíritu de transgresión y alienación juvenil que es ya un clásico cultural. Al lector corresponde, por tanto, establecer el veredicto.