TITULARES DEL DOMINGO CULTURAL ESPAÑOL
"Un hat-trick de Quevedo aúpa al Atlético Simbolista al frente de la clasificación."
"Góngora y Garcilaso, este último con molestias, dudas para el partido de vuelta".
"Cortázar supo leer el partido. Los cambios fueron determinantes."
"Unamuno vuelve a marcar de cabeza. El Pichichi, más cerca."
"El realismo mágico funciona mejor con el doble pivote."
"La temprana expulsión de Borges -por juego duro- condicionó la marcha del partido."
"Séneca aún confía en la remontada."
"El juego permaneció veinte minutos interrumpido. Radicales del Positivismo lanzaron una bengala al campo".
"Proust no estaba en fuera de juego."
"Platón se sincera: Fue penalti. Abrí el libro con el pie."
8 comentarios:
Como era de esperar, el árbitro Vargas Llosa jorobó
el encuentro.
Sí, al principio era un gran árbitro Vargas Llosa. Pero con el paso del tiempo se fue haciendo autoritario y muy tarjetero, siempre imponiendo su criterio con aspavientos.
Aún se recuerda el gol que anuló injustamente en el último minuto a García Márquez en aquella disputada final que hubiera supuesto la victoria del Atlético Macondo.
Entrada bárbara, amigo Gatopando. Le invito a seguir alguna de las "bagatelas futboleras" que, con parecida intención a la suya, han aparecido de tanto en tanto en mi bitácora. De todas formas, cuidado con el fútbol, porque sin llegar a la altura de los toros, ha concitado algunas opiniones favorables en gentes nada sospechosas de memez congénita. Para muestra, dos botones: "La poca moral que sé, la he aprendido en los campos de fútbol y en los escenarios teatrales, que fueron mis verdaderas universidades" (Albert Camus); "El fútbol es la última representación sacra de nuestro tiempo. Es rito en el fondo, como también evasión. Mientras otras representaciones sacras, incluso la misa, están en declive, el fútbol es la única que permanece. El fútbol es el espectáculo que ha sustituido al teatro" (Pier Paolo Pasolini).
Yo en esta entrada tengo poco que decir. Odio el fútbol de modo visceral. Pero lo salvo en muy inteligentes y reconocidas ocasiones, como es esta. Ahora bien, mi preferida, sin lugar a dudas, sigue siendo el encuentro Grecia-Alemania, no por harto conocida menos alabada. Desde mi punto de vista, de lo mejorcito de los Monty Python: https://www.youtube.com/watch?v=i8ov2oNbkvo
Hola, Nadie: No tema, que yo no critico el fútbol. Me gusta el juego y soy seguidor del Athletic Club de Bilbao -he estado en numerosas ocasiones, si bien hace ya años de eso, en el viejo San Mamés-.
Mi entrada venía a cuento de que aquel fin de semana se celebraba el día de apoyo a la cultura. Traté de poner mi granito de arena desde twitter. Pero es que de entre los diez trending topic del día, cuatro eran de fútbol y solo uno se hacía eco de la reivindicación del mundo de la cultura. El resultado me pareció contundente: 4-1 a favor del fútbol.
Otra cosa es que me parezca que el interés de la población española por el fútbol, alimentada a conciencia por los medios, está absolutamente fuera de toda proporción -ya, no soy muy original- y corre el riesgo de entrar en la categoría de patología.
La opinión de Pasolini que apunta en su comentario, en mi opinión -y como tan a menudo ocurre con los comentarios y reflexiones del genial pensador y artista boloñés-, va a misa. Amén, amén, amén.
Y, sí, M.T. en su día vi el insuperable partido Grecia-Alemania. Si bien al final reconozco que me quedé un poquito decepcionado. Y es que el gol que dio la victoria a la selección griega -creo que fue de Sócrates o de Aristóteles-, Iribar -mítico portero del Athletic- lo hubiera parado fijo. Pero fijo, ¿eh? No tengas ninguna duda.
Si me permite, Iribar lo hubiera parado de espaldas, igual que Arkonada, mi verdadero referente, y al que por esas circunstancias que tiene la vida, pude ver en acción más de una vez en el viejo Atotxa.
Lo marcó Sócrates, pase de Arquímedes.
A mí, qué quieren que les diga: eso me da francamente igual. Ganó Grecia. Y si hubiera justicia divina o poética en este mundo (sobre todo la segunda, ya que la primera me interesa más bien poco) debería ganar siempre. Y más ahora. Y si fuera preciso (y ahora sí me atengo a altas instancias) con la ayuda de la mano de dios.
sí, ahí los griegos juegan con ventaja porque lo que es dioses tenían para elegir, y con el árbitro jugando como delantero centro iban a resultar imbatibles.
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