El estilo de juego favorecido por Jose Mourinho pertenece a la escuela rácana: un juego físico, de presión constante, y férreo rigor táctico. De esa misma escuela han bebido y beben entrenadores autóctonos como Javier Clemente o Joaquín Caparrós. Si acaso, Mourinho se diferencia de estos en que ha contado, y cuenta, con plantillas de mayor calidad, con jugadores más cotizados.
Cada vez que un equipo de Mourinho se ha enfrentado al Barcelona en la Copa de Europa lo ha hecho aplicando fielmente su filosofía. El énfasis en un planteamiento físico entraña, evidentemente, un riesgo en función del listón que aplique el colegiado de turno a la hora de arbitrarlo. Alinear a un defensa central de corte visceral en el centro del campo es un ejemplo de aquello a lo que me refiero.
El énfasis en el juego físico a la hora de contrarrestar a equipos con mayores dosis de talento futbolístico a veces sale bien y a veces mal. Al jugar al límite no es raro que se produzcan expulsiones, de ahí que los arbitrajes adquieran más relevancia aún de lo habitual. A modo de ejemplo sería interesante analizar cuántas expulsiones ha sufrido el Athletic de Caparrós estos últimos cuatro años en sus enfrentamientos directos contra el Real Madrid o, ya puestos, contra el Barca.
Las permanentes diatribas de Mourinho serían, por tanto, un intento de condicionar –próximo a la intimidación- la labor de los colegiados de modo que estos se lo piensen dos veces antes de expulsar a un jugador suyo, algo sobre lo que él ya ha advertido con anterioridad, y al tiempo una manera de ponerse la venda antes de la herida.
Que un club con el enorme poder institucional del Real Madrid –tradicionalmente favorecido por los distintos estamentos futbolísticos- haga suya una táctica tan mezquina resulta incompatible con quien alardea de señorío y de grandeza. O una cosa o la otra.
Que avezados comentaristas deportivos no parezcan capaces de desentrañar la burda táctica empleada por Mourinho dice más bien poco acerca de la supuesta objetividad del gremio –en el mejor de los casos- o de su capacidad.
2 comentarios:
Nadie es perfecto compañero, hasta tú que llevas este magnífico blog te equivocas en algo, en esto del fútbol la verdad es que andas un tanto disperso.... creo yo.
Pero no sufras, esto mismo me pasa a mí y a otros muchos con cosas muchísimo más importantes.
¿Protodiablo Mouriño?
http://lapelotadecamus.blogspot.com/
Hola. Estoy de acuerdo con muchísimas cosas de las escribes. Y no sólo es por que comparta el fondo, además me gusta el tono, que creo crítico pero racional y fuera de la deriva hacia el insulto tan nuestra.
Por eso me llaman la atención tus críticas a Real Madrid. Me parecen que se van de tus "tonos" y dejas salir tus fobias. Obviamente te dejo el comentario porque soy madridista, pero viendo alguno de tus post, no veo críticas, veo mantras que, por más que vengan de tiempos inmemoriales, no son más que letanías que descansan sobre lo que podíamos llamar la vulgaridad española más absoluta, con una guarnición de algo no menos típico: la envidia de los ganadores . Esa que tuvo su propagador más ramplón en Antonio Vázquez Montalbán, en compañía del grupo Prisa, que nunca he sabido muy bien qué inquina tiene contra esa sociedad (el diario AS alienta valores más primarios y no tiene nada que ver con lo que digo).
En fin, me despido como empecé, aportas ideas interesantes...siempre que no son de fútbol. Saludos
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