Díaz Ayuso, Mañueco, ahora Moreno... el electorado debería molestarse en aprender a penalizar a gobernantes que adelantan las elecciones sin justificación aparente más allá de la propia conveniencia.
miércoles, abril 27, 2022
sábado, abril 23, 2022
martes, abril 19, 2022
A partir de mañana, Santi Fernández Patón
En A partir de mañana, la tercera novela publicada de Santi Fernández Patón (Editorial Ferragosto, 2022), el “sexo débil” es el masculino, reflejado en la impotencia que aqueja a Jaime y que carcome su complicidad con Susana, su pareja. A la ausencia de sexo, de intimidad física en la relación, se une la dificultad y la falta de preparación para abordar y afrontar abiertamente un hecho esperable quizás en una relación de muy largo recorrido pero no en una a la que se presupone frescura, de juventud tardía, o de madurez temprana, en torno a la treintena, para entendernos. Alguien habituado a abrirse paso en la vida laboral a base de encadenar trabajos precarios, inestables, y que se pregunta hasta cuándo será así acaba por no saber muy bien en qué fase vital se halla o le corresponde.
Una masculinidad frágil, en cuestión, es el eje por el que gira una novela que se alimenta de sus inseguridades, sea a través de quien la padece en primera persona, sea a través de las dudas que genera en su novia pues incide de lleno en su feminidad además de en el compromiso mutuo; así también de la frustración, la incomprensión creciente que acaba por envolver y amenaza a una pareja que se ve de pronto desnuda, indefensa, a la vez junta y distante, cuando sobre el papel cuenta con potencial para fructificar.
Estamos ante una narración introspectiva, con inclinación a la elipsis, de sopesar pros y contras, cuestionar motivaciones, posibles interpretaciones, de auto-auscultarse en busca de claves, la de dos personas que han visto esfumarse un pilar fundamental de sus vidas que si no se daba por descontado se antojaba bien sólido, que no responde a lógicas ni a cálculos, del que tanto cuesta hablar, y del que se es consciente de que antes o después acabará emergiendo por los afluentes, por donde no le toca, con evidente riesgo de desbordamiento.
Una pareja, por otra parte, sometida a las exigencias de una sociedad en la que buscan integrarse haciendo las concesiones justas, preservando en la medida de lo posible sus valores, su conciencia social y su anhelo de cambio traducido en activismo, como ya ocurría en Grietas, la primera novela de Fernández Patón, entonces con el 15M de fondo, y que ante la constante sensación de leve opresión hará mejor en contener su frustración y rabia ante el riesgo de verla regresar como un bumerán con la potencia incrementada.
La prosa del narrador, diáfana, elude efectismos y no se ve tentada por la ofuscación mental de sus personajes, tampoco ofrece sentencias ni frases concluyentes propias de valiosos hallazgos. Valiéndose de una tercera persona sutil, levemente evocadora, es la vida cotidiana lo que refleja: vínculos familiares, dinero, amistad, responsabilidad, vocación, diversión, compromiso, toda ella filtrada por las implicaciones más bien veladas de una tara inesperada y lacerante que no pierde su halo de tabú, y también por cierta contención de carácter achacable quizás a carencias familiares.
A través de sus escenarios, tiene A partir de mañana algo de novela periférica con tendencia a la dispersión. Aunque la acción transcurre en Málaga y alrededores, su significado se ramifica hacia Ceuta, Tánger, incluso Berlín. Es un trozo de vida lo que en esos lugares se nos ofrece, algo tan pedestre, tan ambicioso, con la particularidad de que pese a las dificultades evidentes, a la incomprensión latente, pasajera o no -de ahí el influjo del título-, y a una sensación de fragilidad pronta a expandirse, aspira a ser vivido en plena complicidad, sea entre Susana y Jaime, sea entre ambos con el lector.