Díaz Ayuso, Mañueco, ahora Moreno... el electorado debería molestarse en aprender a penalizar a gobernantes que adelantan las elecciones sin justificación aparente más allá de la propia conveniencia.
No se cómo lo verá usted, pero me preocupa este creciente tacticismo que impregna la política española. Un tacticismo que, con el ojo puesto en las encuestas, no solo se permite adelantar elecciones a discreción, sino incluso votar en contra de los intereses de la ciudadanía, con tal de que el partido que tienes más a tu derecha o a tu izquierda no te rebañe algún escaño en las siguientes elecciones.
La ausencia de honestidad oportunista desbocada manipula una realidad alejada del sentido que un día llegamos a pensar sería un bien para todos; la democracia (parlamentaria) bajo la carpa de una monarquía sedentaria, religiosa y clasista comete adulterada idéntica esclavitud griega a pan y cuchillo en muchos casos.
Se evoluciona tecnológicamente —desde aquellas hachas rudimentarias para el cuerpo a cuerpo, a los actuales multicuerpos interbalísticos— pero la sociedad nada ha cambiado. (Sólo que ahora somos muchos miles más de millones más habitantes)
Los peripatéticos actuales son corruptores igualmente que buscan tu destierro si hiciese falta antes que ellos perder en el areópago "sínodo" su asiento de plática y mando
Son oligarquías mafiosas de las estadística que preceden al autoengaño para después pegar el "hachazo de guadaña" y cortando por lo sano aquello que no había siquiera enfermado. Para cuando alguien se entere de su amputación, ya habrá perdido la memoria del miembro colectivo.
Que anteponer los intereses personales del presidente/a de turno a cualquier otra circunstancia a la hora de votar, incluidas las dificultades de una sociedad inmersa en plena pandemia, no tenga el menor castigo sino que incluso se premie me invita a pensar en la escasa madurez democrática de nuestra sociedad.
Completar una legislatura, sin tacticismos, sin cortoplacismos, debería conllevar premio pero en España a nadie parece importarle. Es como si el trilerismo estuviera no ya aceptado sino que gozara de comprensión.
4 comentarios:
No se cómo lo verá usted, pero me preocupa este creciente tacticismo que impregna la política española. Un tacticismo que, con el ojo puesto en las encuestas, no solo se permite adelantar elecciones a discreción, sino incluso votar en contra de los intereses de la ciudadanía, con tal de que el partido que tienes más a tu derecha o a tu izquierda no te rebañe algún escaño en las siguientes elecciones.
Un cordial saludo.
La ausencia de honestidad oportunista desbocada manipula una realidad alejada del sentido que un día llegamos a pensar sería un bien para todos; la democracia (parlamentaria) bajo la carpa de una monarquía sedentaria, religiosa y clasista comete adulterada idéntica esclavitud griega a pan y cuchillo en muchos casos.
Se evoluciona tecnológicamente —desde aquellas hachas rudimentarias para el cuerpo a cuerpo, a los actuales multicuerpos interbalísticos— pero la sociedad nada ha cambiado.
(Sólo que ahora somos muchos miles más de millones más habitantes)
Los peripatéticos actuales son corruptores igualmente que buscan tu destierro si hiciese falta antes que ellos perder en el areópago "sínodo" su asiento de plática y mando
Son oligarquías mafiosas de las estadística que preceden al autoengaño para después pegar el "hachazo de guadaña" y cortando por lo sano aquello que no había siquiera enfermado. Para cuando alguien se entere de su amputación, ya habrá perdido la memoria del miembro colectivo.
Que anteponer los intereses personales del presidente/a de turno a cualquier otra circunstancia a la hora de votar, incluidas las dificultades de una sociedad inmersa en plena pandemia, no tenga el menor castigo sino que incluso se premie me invita a pensar en la escasa madurez democrática de nuestra sociedad.
Completar una legislatura, sin tacticismos, sin cortoplacismos, debería conllevar premio pero en España a nadie parece importarle. Es como si el trilerismo estuviera no ya aceptado sino que gozara de comprensión.
Salud
Publicar un comentario