domingo, abril 03, 2022

Napoleón y Stanley Kubrick


Este montaje a partir de los libros que empleó para documentarse sobre Napoleón trata de replicar la magnitud del proyecto en el que se embarcó Stanley Kubrick. La película nunca se rodó.



6 comentarios:

nadie dijo...

Madre mía, a esa especie de hueco de ascensor forrado de libros solo le falta la sombra de Borges dando vueltas por él. Por otra parte, no se me ocurre mejor metáfora del megalómano de Bonaparte, que no haber podido finalizar el proyecto. En fin, al menos Kubrick no acabó desterrado en Elba. Un cordial saludo.

Il Gatopando dijo...

En su día leí que el relativo fracaso -para los estándares de Kubrick, claro está- de ese fresco histórico que constituyó Barry Lyndon fue uno de los motivos por los que su película sobre Napoleón quedó aparcada sin remedio. Y sí, parece que en el emperador francés el bueno de Stanley encontró la horma de su zapato. Un saludo cordial.

nadie dijo...

Barry Lyndon, gran película, extraña quizá, pero una de aquellas obras que ha envejecido, a diferencia de otras, más que bien. Cordial saludo.

d:D´ dijo...

En la película Interstellar hay un apunte a toda esa obra. La biblioteca y en parte del interior del agujero negro dónde se halla entablando "contacto" con su hija
Ese detalle es una referencia a ese otro; además de muchos otros
(Como el actor que hace de abuelo, claro)

Il Gatopando dijo...

No he visto Interstellar, creo (tengo alguna pequeña duda), pero por lo poco que he mirado diría que remita un poco a 2001, Una odisea en el espacio, como hacen de hecho casi todas las película de ciencia ficción con mensaje "ambicioso". En tantos ámbitos cinematográficos, parece difícil eludir al señor Kubrick como referente.

:Bricd´ dijo...

Pues no te la pierdas y halla la forma de verla.
Toda la ciencia-ficción antes y después de ella tiene otro sabor y saber
Se tiende a lo realista y por ahí se empieza a descubrir una nueva forma de viajar en el Espacio. O mejor dicho, en el Tiempo, creador del Espacio.
(Porque tal y como se presenta el desplazamiento al rojo y la Expansión; los "objetos" estelares no se desplazan en el Espacio que no hallan, sino en el Tiempo que necesitan para desplazarse y alejarse, que a su vez genera o engendra ese espacio por el que viajan. Otra cosa somos nosotros que ni tenemos medios para recorrer tanto como ellos los "objetos interestelares" y encontrarnos al borde. Allí dónde es probable que por haber no notes nada pero si viajases allí te darías cuenta de qué ocurriría.
La pena es o son los cataclismos cósmicos -y cómicos- a los que estarías sujeto. Pero si mantenemos eso al margen y lo imaginamos como un viaje de placer y adelantásemos a todos los objetos o astros más distantes veríamos que múltiples opciones se nos podrían presentar ante nosotros para seguir viajando. El asunto más importante y suponiendo que dispusiéramos de tiempo y fuéramos longevos -algo probable por la gravedad generada por nuestra velocidad y por la misma velocidad- ni siquiera nuestra luces o faros de navegación serían visibles pues no habría objeto sobre el que reflejarlo y no habría "por delante" ser o astro que nos diera referencia alguna de nuestra situación, pero en algún instante sí nos situaríamos tan por delante que incluso todo lo dejado con anterioridad también sería de un absoluto vacío de luz completa.
De la energía ni hablo, posiblemente ésta aún estaría impregnando todo a nuestro alrededor como oscura o antimateria o a saber qué nos rodease. ¿Pero sobre qué y en qué medio navegaríamos? En el que nosotros engendrásemos en el Tiempo.
Más adelante, no en espacio, sí en tiempo, éste se reengendraría en función de nuestra velocidad transgresora y se hallarían sus tripulantes en otra realidad de la que sólo, de momento, podemos teorizar.
Viajar a ciegas es toda una odisea, lo importante es llevar alimentos de sobra y saber cocinarlos para que no nos causen daño. Unos cuantos pasatiempos para los ratos de aciago y muchos tebeos de Boixcar, amén de una cámara de fotos hipersensible para poder fotografiar en la más absoluta oscuridad de la más profunda fosa abisal intergaláctica. Un par de bicis de carretera, un tablero de ajedrez, buena compañía y el cepillo de dientes. De libros ni te hablo, los más extensos se nos quedarían tan cortos que los conoceríamos de memoria; un aburrimiento.
Unos pies de gato para escalar en el interior sin esfuerzo y una capa para recorrer como "supermán" las estancias de nuestra nave allí dónde deseáramos no sentir nuestra propia gravedad; aunque algo difícil pues si somos hipergrávidos como condición de nuestra inercia y velocidad, también el tiempo sería más lento y pesado.

Por eso, en la ISS, hay un letrero (a la entrada del retrete) que pone:

La Eternidad es muy aburrida, sobre todo hacia el final. Vive el presente...ar

:)´