De vuelta en casa me sorprende que mis paisanos sigan celebrando con tanto entusiasmo la victoria en el Mundial. -Pero no-, me explican, aseguran -el motivo del jolgorio, de la bulla, es ahora la celebración de las fiestas patronales-. -!Ah! -respondo. No sé si será verdad. Desde mi casa todas las celebraciones populares suenan igual.
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